Carcedo, sabedor de lo que hay en juego en esta recta final de la primera fase, no realizó ninguna revolución en su once, algo que ya viene siendo habitual. Aun así, hubo dos novedades. Dio la alternativa a Rodado en la punta de la lanza en detrimento de Castel y ubicó a Cirio en el costado izquierdo en lugar de Javi Lara.
La apuesta por el ‘nueve' mallorquín no pudo salir mejor. El pichichi celeste de la temporada pasada fue el mejor y se encargó de desnivelar la balanza al filo de la media hora de juego.
Dicen que a la tercera va la vencida y el mallorquín, tras dos cabezazos previos que detuvo el portero, enganchó con la zurda un centro de Davo desde el costado izquierdo para adelantar a los suyos el día de su vigesimocuarto cumpleaños. Mejor no podía celebrarlo.
Hasta entonces, la Udé había sido la clara dominadora del juego. Quizá no estaba gozando de la profundidad deseada ante un conjunto oriolano que se mantenía parapetado atrás –sólo presionó al principio– a la caza de algún contragolpe. La estrategia visitante era totalmente antagónica a la del cuadro unionista, que incluso se atrevía a presionar a todo campo la salida de balón.
Fruto de estos planteamientos, no es de extrañar que el Orihuela sólo tuviera un acercamiento de peligro que acabó con un zapatazo de Olmedo a las manos de un bien situado Germán. Más peligro generaba el líder del subgrupo 3B de la categoría de bronce, que pudo haber puesto tierra de por medio antes del descanso Davo y Kike López protagonizaron una doble ocasión. El primero chutó desde fuera del área y el portero repelió mal la pelota. Esta le llegó al exbalearico al borde del área pequeña, pero su disparo lo taponó bien el guardameta con el cuerpo. Poco después, el ex del Langreo estuvo a punto de marcar el gol de la jornada y uno de los más bellos de la temporada. El asturiano golpeó el esférico con fuerza y con rosca desde el vértice izquierdo del área y la pelota se acabó estrellando en el palo largo. Vaya latigazo.
La segunda parte poco tuvo que ver con la primera. Eso sí, no por el hecho de que el Orihuela se comiera a la UD Ibiza ni muchísimo menos, sino porque las ocasiones de gol disminuyeron considerablemente.
El equipo de Juan Carlos Carcedo siguió manejando el tempo del partido, pero su claridad de ideas no era la misma. Con todo, tuvo dos magníficas oportunidades para sentenciar el partido, pero los palos lo impidieron. Primero, Castel, tras un buen pase en profundidad de Davo, estrelló una vaselina en la parte superior del larguero. En la recta final, Kike López, tras adentrarse en el interior del área, disparó al exterior del palo corto.
Afortunadamente para los ibicencos, no hubo que lamentar ninguna de esas acciones. Y es que el Orihuela no puso en apuros a Germán en ningún momento.
Aunque siempre quedaba la incertidumbre de que una posible jugada aislada o a balón parado pudiera echar por la borda el buen trabajo de los pitiusos, lo cierto es que eso no ocurrió. Es más, en el tiempo de descuento llegó la puntilla, obra de Javi Pérez tras un buen pase lateral de Sibo. De esta forma, la Udé se apuntó tres nuevos puntos, importantísimos puesto que los arrastra a la segunda fase, y se proclamó matemáticamente campeón del subgrupo a falta de dos jornadas para el final.
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