Gamallo, durante el primer partido. | Marcelo Sastre

Juan Gamallo (Oviedo, 13/12/1987) atraviesa un momento de forma espectacular, una segunda juventud que está siendo clave en este gran arranque liguero de la UD Ibiza-HC Eivissa al igual que ya lo fue a lo largo del pasado curso en Primera Nacional. El guardameta es consciente de que hay que centrarse en conseguir la salvación, pero lanzó un aviso a navegantes: “No vamos a renunciar a nada”.

—¿Esperaban estrenar su casillero de victorias en División de Honor Plata tan pronto?
—Sabíamos que iba a ser difícil y que hayamos puntuado en las dos primeras jornadas no significa que haya sido algo fácil. Teníamos el partido bastante cuesta arriba y no estuvimos al mismo nivel que contra el Novás, pero este equipo siempre se ha caracterizado por el orgullo que tiene y en los momentos difíciles es cuando demuestra que es realmente un equipo. Ayer –anteayer para el lector– fue uno de esos días, de los de tirar de orgullo todos juntos y sacar el partido. Hay días que acompaña la suerte y días que no. Tocó esa suerte que no tuvimos contra el Novás, al que fuimos dominando todo el rato. Básicamente, ese día perdimos un punto.

—¿La UD Ibiza-HC Eivissa es mejor equipo de lo que el papel dice por ser un recién ascendido?
—Lo que hay que dejar bien claro es que el objetivo es la salvación y luchamos por ella. Eso no quiere decir que vayamos a renunciar a competir contra cualquier equipo. Como es obvio, siempre salimos a ganar y si no ganamos pues que sea por el hecho de que son mejores que nosotros. De momento, a centrarnos en la salvación y, a partir de ahí, ya miraremos a final de temporada dónde quedamos. Si acabamos más arriba de lo esperado, genial. De lo contrario, tampoco vamos a estar tirando cohetes por haber puntuado en las dos primeras jornadas contra dos equipos muy buenos. Esto es Plata y de un mes a otro todo cambia un montón. Entras en una dinámica negativa y te metes abajo. Vamos a ir poco a poco.

—El míster decía que estos dos primeros rivales son candidatos al ascenso. ¿Ustedes entonces a qué aspiran?
—Está claro que hemos jugado contra dos equipazos tanto por plantilla como por proyecto, pero no vamos a mirar más arriba de lo que debemos. Vamos a luchar por la salvación, porque el golpe, de lo contrario, puede ser muy grande. Si en unos meses podemos clasificarnos para el grupo del arriba, estupendo. Sería un premio que nos habríamos ganado, pero el objetivo es ganar todos los partidos que podamos, puntuar contra rivales directos y, a partir de ahí, llegar hasta donde podamos. No vamos a renunciar a nada. Eso está claro.

—¿Cómo están viviendo este magnífico inicio liguero?
—La gente está muy ilusionada y estamos bastante unidos. Al final, es como una pequeña familia. Hay gente que no había jugado en esta categoría y la está disfrutando. Va a ser un año duro. Los viajes ya no son tan cortos. Este último viaje fua una paliza, porque, además, nos han quitado las conexiones a la Península. Tuvimos que hacer escala en Palma para venir hasta aquí. Hay que acostumbrarse a la categoría.

—Imagino que se han inyectado una dosis de motivación extra tras estos tres primeros puntos.
—Fueron dos partidos muy duros y es obvio que nos han dado un chute de motivación extra. Sacar tres puntos contra el Novás y el Burgos pocos lo pensábamos, porque no toda la plantilla tiene experiencia a la hora de competir en Plata y creíamos que tardaríamos un poco más en adaptarnos ¿Que hemos tenido suerte de puntuar rápido? Bienvenido sea.

—Ahora toca otro coco: el Barça B. Tras este inicio, yo ya no sé cuál de los dos equipos es favorito.
—Siempre hay que tener respeto al Barça. Tiene jugadores con experiencia en la selección española y alguno que sube a entrenar con el primer equipo, pero no vamos a tener miedo a ningún equipo. En casa todo es posible y por qué no soñar con una victoria.

—Lástima que justo este partido tengan que jugarlo sin el apoyo de la afición al tener que celebrarse a puerta cerrada.
—Es un ‘handicap', pero es lo que toca. Todo el mundo está viviendo una situación difícil. Nuestra afición es de las mejores y estamos muy orgullosos de ella. Siempre ha estado ahí cuando la hemos necesitado y el año pasado se sacaron partidos adelante gracias a ella. Es el gran valor de este club. Nos duele un montón que no pueda asistir público, más incluso porque es un partido que se merece ver. Es el premio a todos los años que ha estado ahí y es una auténtica lástima. Al menos se puede ver por ‘streaming'. Algo es algo.

—¿Ve al equipo consiguiendo la salvación?
—Estoy convencido de que podemos luchar por la salvación y nos vamos a dejar el alma en ello. Plantilla tenemos para eso. Si nos respetan las lesiones y demás, creo que no deberíamos sufrir mucho.

—A nivel personal, ¿siente que vive una segunda juventud?
—Todo el mundo me dice:”Juan, estás muy bien”. Pero no hay que olvidar que son 32 años. Cuesta más recuperar, pero por supuesto que estoy viviendo una segunda juventud. Hace nueve años fue mi último año en Plata, en Gijón, y yo sé lo que cuesta subir de categoría y jugar en esta división, pero es tan bonito que lo disfrutas como el que más. Hay que ser consciente de que poco me va a quedar ya de balonmano aunque me encuentre muy bien físicamente, pero lo que dure hay que disfrutarlo.

—¿Se podría decir que está en su mejor momento?
—Eso es complicado de decir. Estoy haciendo buenos partidos, pero también los hice cuando era joven. Igual he perdido en velocidad y físico, pero he ganado en experiencia y a la hora de ser más listo en la lectura de los partidos.

—¿Sienten que están haciendo historia?
—Por supuesto. El club ha crecido en estos últimos años y nadie lo puede negar. Pinta muy bien. No hay que olvidar que hace cosa de cuatro o cinco años se estaba luchando por no descender en Primera Nacional y sufriendo hasta el último instante. Últimamente veníamos luchando por puestos de ‘playoff'. Antes, al club nadie lo conocía y, ahora, podemos decir que empieza a ser un referente en el balonmano. El club se lo merece y el apoyo de la UD Ibiza puede ser muy interesante.

—¿Ese respaldo de la entidad celeste les permite soñar con cotas más altas a corto plazo?
—Es que, en verdad, tiene que ser así. Primero hay que centrarse en la salvación y en asentarse en Plata. Cuando ya estemos en esa situación, hay que ser ambicioso y no renunciar a nada. Con gente como la de la UD Ibiza se va a tener siempre un respaldo tanto económico como en otros ámbitos. Va a estar apoyando en todo. Solamente tienes que intentar conseguir el objetivo y el sueño. Eso ya sería algo grandioso para el balonmano.