En un partido sin goles y con pocas ocasiones, los pupilos de Alberto Gallego no titubearon en ningún momento contra el equipo que se apuntó el ascenso en el playoff en el que los rojillos –ayer de blanco– tomaron parte no hace mucho. Es más, llevaron la batuta del encuentro en buena parte del encuentro, especialmente en una primera mitad en la que parecía que el cuadro de bronce era el ibicenco.
La primera gran ocasión del encuentro la tuvo Ayyoub, que había entrado en el minuto 28 por la lesión de Iván Sales. En el interior del área, Ortiz bajó la pelota con la clase que le caracteriza y asistió a la joven promesa del conjunto de Vila, que lanzó alto. La réplica la dio Mateu Ferrer con un zapatazo al palo corto que Marcos Contreras despejó de manera magistral. Fue la última acción reseñable de un choque que llegó al término de sus primeros 45 minutos con el mismo marcador con el que había comenzado.
En la segunda mitad, la igualdad fue la tónica dominante. Los minutos pasaron con más pena que gloria hasta que se animó a partir del 80. Primero, Jaime encontró la respuesta de Marcos y, poco después, fue Pep Vidal el que disparó al muñeco tras recibir un pase de la muerte.
A falta de cinco minutos para el final se desniveló la contienda. En un contragolpe, Dani Benítez galopó por la banda derecha y cambió el sentido del juego al costado izquierdo, donde Jaime, de cabeza, dejó a Aitor Pons solo contra el portero al borde del área pequeña y no perdonó. Ahí murió el partido, adjudicándose el Poblense esta primera edición del Trofeo Ibizkus.
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