—¿Cómo se encuentra dos días después del varapalo?
—Mal, como cualquier equipo de los que se han ido fuera. Yo me encuentro mal, primero, porque ha terminado y, segundo, por las sensaciones. No me gustó el partido que hicimos. No era el Ibiza que conocemos y hemos visto durante la temporada. Entonces, me encuentro fastidiado como los jugadores y como todos. Hemos creado una familia y estamos dolidos.
—Decepción, desilusión... ¿Cuál es la palabra que define la eliminación?
—Las dos. Pueden ser las dos. El partido fue decepcionante. Es la realidad. Al no ser tú, pues tienes que decir que fue un partido decepcionante.
—El sueño de Segunda se ha esfumado este año. ¿Irá a por él el próximo?
—Sí. Si analizas el club, nosotros siempre hemos ido creciendo. Nunca hemos hecho un proyecto más débil que el del año anterior. Ya es un club de referencia en España y en nuestra categoría a todos los niveles: estructura, plantilla, cuerpo técnico, comunicación, masa social, identidad… Por tanto, vamos a seguir en la misma línea e intentar mejorar siempre.
—¿Qué movimientos se atisban en un futuro inmediato de cara a la próxima temporada?
—Hay jugadores que tienen contrato y que contamos con ellos, por eso tienen contrato. Hay otros que no tienen y que no quiere decir que no contemos con ellos. Llega el momento de planificar. La próxima semana se empezará a planificar y a ver cómo enfocamos el proyecto. Hasta el parón, la temporada ha sido de sobresaliente. El playoff nos ha brindado un partido nefasto y muy deficiente. Ya veremos cómo planificamos [la temporada]. Eso ya es trabajo del cuerpo técnico y el club, que, lógicamente, dentro de lo que es su identidad y sus aspiraciones de futuro deben confeccionar un buen proyecto.
—¿Seguirá Pablo Alfaro al frente del barco?
—No tiene contrato. Es otro de los temas que tenemos que tocar. Hay que hablar con él y mantener una reunión.
—De sus palabras intuyo que piensa armar un equipo más fuerte.
—A ver, el equipo que tenemos es muy fuerte. Hizo 56 puntos, siendo el tercer equipo con más puntuación, y fue el menos goleado de los 80. Era un equipo fuerte. Vamos a intentar hacer un equipo con esa fortaleza y, si se puede, con más talento. Siempre hay que mejorar. A veces el mercado te lo permite y otras veces, no, pero ese es el objetivo.
—¿Llegará algún fichaje ilusionante?
—No lo sé. Es que depende del mercado y del perfil que busque el cuerpo técnico. Todo es posible, pero no es algo que nos marquemos. Eso aparece y se valora. Lo que la gente quiere es que el equipo gane.
—¿Cree que el marco en el que se mueve ahora el fútbol, con la crisis actual, podría debilitar a muchos equipos?
—Quizás algunos, sí. Será una temporada atípica por su formato. Vamos a ver si se empieza, según esté la pandemia. La temporada que viene, si se aprueba, habrá una Liga Pro, en la que hay premio. Suben cuatro. Habrá un playoff, pero habrá otros que jueguen para estar en la Liga Pro. Es una liga más profesionalizada, con dos grupos y 40 equipos. Al meter este formato, quizás haya clubes que se vean obligados a invertir porque hay premio. No lo sé. Los ingresos van a ser menores. Empezará en octubre, sin ingresos ni en julio ni en agosto. Va a ser una temporada donde, económicamente, muchos clubes no van a poder ni empezar.
—¿Le ha sorprendido la victoria de la Peña Deportiva sobre el Marbella?
—Me ha sorprendido pero no es algo que fuera inesperado. El Marbella sólo había perdido un partido y, ahora, dos, pero no me sorprende que la Peña le gane a cualquiera, porque lo conozco y por el formato. A un partido, cualquiera puede quedar fuera. Puedes tener 20 o 25 minutos malos y quedarte fuera. Es un resultado sorpresa, pero no es nada extraño. A un partido, y conociendo a la Peña, que es un conjunto intenso, fuerte y que arriesga, todos tienen opciones.
—Si la Peña subiera, ¿en qué medida le puede afectar a su club?
—En nada. Estarían en Segunda y nosotros, en Segunda B. Seguiríamos con el mismo proyecto de Segunda B. Ellos estarían a otro nivel. Nosotros buscaríamos jugadores con rendimiento de Segunda B y ellos, de un nivel superior.
—¿Qué es lo que más le ha gustado de la temporada?
—El crecimiento del club. En el grupo I, es el que más abonados tiene y el que mayor promedio de público ha tenido. Además, es uno de los tres clubes que más camisetas vende de Segunda B, e incluso más que algunos de Segunda. Se tiñe de celeste el estadio. Venían casi 3.000 personas a cada partido a Can Misses, donde ya es una tradición ir al fútbol. Se ha crecido mucho. Luego, vino el colofón del Barça y el playoff. Había mucha ilusión por este club. Siento la decepción de muchos.
—¿Y lo que menos?
—El parón, que nos pilló en un momento extraordinario, y el playoff, que me ha decepcionado. El parón creo que nos perjudicó. Quedaban diez partidos e íbamos hacia arriba. El equipo, físicamente, era superior a todos. El parón nos mató.
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