La gallega, que está echando raíces en Ibiza, inició anteayer la concentración con la Roja en Azuqueca de Henares (Guadalajara). Allí, el equipo nacional permanecerá unos días antes de desplazarse para disputar el Torneo de Barakaldo los días 6 y 7 del próximo mes en un evento en el que también participan Ucrania, Bélgica y un combinado de Euskadi.
Tras este campeonato, la expedición española regresará a tierras alcarreñas unos días para, después, volver a disputar en Aveiro (Portugal) otro torneo de preparación, esta vez un triangular contra Holanda y la selección anfitriona. Tras jugar otro amistoso contra el equipo luso, España viajará a Tailandia para disputar el Mundial entre los días 20 y 28 del próximo mes. La Roja está encuadrada en el grupo D junto a Colombia, Japón y Alemania. Esta última es precisamente la selección que derrotó a las españolas en la final continental. El cruce de octavos también será complicado, pues su rival saldrá de un grupo C que engloba a Estados Unidos, Hungría, Corea y Australia.
Confianza
Pese a la dificultad que entraña un campeonato de estas características, Ana López confía en que la Roja firme un buen papel. «Tenemos una generación bastante buena y ambiciosa. El año pasado logró la plata sub-18. Vamos a intentar competir lo mejor posible. España siempre compite bien. Es una selección con valentía. Intentaremos llegar lo más lejos que podamos», explicó la ‘fisio' de Santa Eulària, que, eso sí, recordó que tanto su grupo como el cruce «son complicados».
López espera «con muchas ganas» el debut de España en el Campeonato del Mundo sub-19. «Desde que no trabajo en clubes profesionales durante el invierno, echo de menos la competición. Me gusta mucho trabajar con cierta presión y la emoción de la competición», dijo.
La lucense no ocultó su ilusión: «Cada vez que la federación me llama, intento ponerme a su disposición y ayudar en lo que pueda. Un Mundial es algo diferente, un poco más exótico quizá. Estoy muy contenta de estar aquí».
López inicia «35 días de convivencia» en una «experiencia profesional y personal enriquecedora». «Es un reto y una aventura más», agregó la fisioterapeuta, que espera aportar su «granito de arena cuidando la salud de las jugadoras y trabajando mucho con el médico y el preparador físico». La gallega buscará así su primera medalla en un Mundial en un evento que le permitirá «disfrutar de las compañeras, el cuerpo técnico y el baloncesto».
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