Los jugadores y el cuerpo técnico de la Peña Deportiva celebran el ascenso conseguido ayer. | Daniel Espinosa

La Peña Deportiva consiguió ayer el cuarto ascenso a Segunda División B de toda su historia. Lo hizo tras superar en la eliminatoria de campeones al Tamaraceite canario. Fue una eliminatoria igualada, vibrante que se decidió en la prórroga tras empatar de penalti en el último suspiro.

Los de Santa Eulària han firmado una campaña de ensueño a la que han puesto la guinda con este deseado ascenso. Por primera vez en su historia, el conjunto de la Villa del Río consigue ascender en esta eliminatoria de campeones. Los hombres de Raúl Casañ se han ganado sobre el verde el poder jugar en una categoría superior, y de qué manera. Protagonizando un curso casi perfecto en el que se quedaron a un pasito de los 100 puntos.

Las fiestas por Santa Eulària comenzaron por el mes de mayo con su cuarto título de Tercera División. El alirón de esta temporada 2018-19 se suma a los conseguidos en las campañas 2003-04, 2005-06 y 2012-13. En ninguna de estas ocasiones, la Peña había culminado la temporada con un ascenso. No pudo ser ni con Carlos Simón, primero, ni con Paco Marín, ni con tampoco Mario Ormaechea. Ahora, Raúl Casañ ha conseguido acabar con ese gafe.

En cuanto a la trayectoria del equipo ibicenco en el fútbol de bronce, siempre han sido estancias cortas. El conjunto blanco nunca ha logrado la permanencia. Las tres veces que se ha codeado con rivales de fuera del archipiélago acabó volviendo a Tercera.

El próximo curso, Casañ, si nada cambia, tendrá la oportunidad de romper esta racha también. El presidente de la entidad Juan Marí confirmó ayer que el objetivo es hacer un buen equipo para poder mantenerse en una categoría de la que quieren ser un equipo habitual.