Ricard Marí: «Acabar primero es algo que no esperas»

—Supongo que estará muy contento por poder decir que es campeón de España, ¿no?
—Supercontento. Quieras o no, para un equipo como el nuestro, que no es profesional, quedar primero es algo que no esperas. Sabíamos que teníamos un buen equipo con opciones de podio, pero no para ganar. El que supuestamente debía hacerlo era el Tri-Penta Terras de Lugo, con el campeón de España Gustavo Rodríguez a la cabeza, porque tienen deportistas que ganan dinero con ello. Nosotros somos trabajadores de diferentes sectores y esto es un hobby para nosotros.

—Lo curioso es que subieron al segundo cajón del podio y, después, acabaron siendo campeones por una descalificación. ¿Cómo vivieron esos momentos?
—Cuando subimos al podio como segundos, el primero no se presentó. Pensamos que era raro porque, al ser un equipo profesional, era importante para ellos de cara a la imagen con los patrocinadores. A la vuelta al hotel, vimos a Gustavo y a Cristóbal Dios y les dijimos en clave de humor que nos habían dejado solos en el podio. Entonces nos respondieron que no habían puntuado porque uno de los tres se había retirado. Fue entonces cuando nos cuadró el porqué de todo. Hablamos con la federación y nos confirmó que se había equivocado, por lo que pasamos a ser primeros.

—¿Cómo fue la preparación para esta cita?
—Llegaba al Campeonato de España a modo de preparación para el Ironman de Austria, que es el 1 de julio y será mi décimo ironman. Esto era una competición de entrenamiento para ver cómo estoy y probar ritmos más rápidos, pero también tenía el objetivo de entrar en el podio por equipos.

—¿Cómo se encontró durante el campeonato?
—La verdad es que muy bien. Las salidas elite en media y larga distancia suelen ser de 100 corredores como máximo y según criterios de la federación te dejan participar o no. En mi caso, estaba el número nueve por criterios federativos. Llegué a meta el vigesimoprimero y las sensaciones fueron muy buenas, sobre todo porque era un circuito duro en bici y carrera. A pie había un desnivel acumulado de 250 metros.

—¿Hubo algún momento de sufrimiento?
—Sí, en los últimos tres o cuatro kilómetros de la media maratón, cuando conseguimos atrapar a un grupo de cuatro en un pequeño apretón. Me fui con unos cuantos, pero era un circuito de muchas bajadas y me dio flato. Perdí 30 segundos. Me tuve que parar a caminar y, después, volver a apretar, por lo que perdí un poco el ritmo.

—¿Para entonces era consciente de que entraba en el podio por equipos?
—Durante la competición, cuando te vas cruzando con compañeros, vas viendo cómo va cada uno y sabíamos que estábamos tres del equipo entre los 20 primeros. Pocos equipos consiguen eso normalmente y casi que te garantiza acabar entre los cuatro mejores. Sabíamos que la estábamos liando, porque los tres lo estábamos haciendo muy bien y, además, conseguimos colocar un cuarto hombre de elite también cerca de nosotros. Por tanto, si a alguien le pasaba algo, teníamos ese comodín. Hay equipos que van con tres deportistas y si se retira uno ya no puntúa.

—Hablaba del Ironman de Austria. ¿Qué objetivo tiene en él?
—La meta es conseguir marca personal. En 2013, también en Austria, hice un tiempo de 9h36'. Desde entonces hice otros más duros y con más desnivel como el de Lanzarote o Bolton. Me gustaría este año hacer un tiempo de 9h15' aproximadamente.

—¿Cuándo y cómo se introdujo en el triatlón?
—Me fui a Barcelona en 2001 para estudiar. Yo venía de jugar al fútbol en las Pitiusas, pero daba pereza buscar un equipo. Hablando con un profesor que hacía triatlón, empecé a practicarlo. Poco a poco le fui cogiendo el gusto hasta ir consiguiendo cierto nivel.

—¿Echa de menos las Pitiusas?
—Voy cada fin de semana largo que tengo o en festivos voy a Formentera. También voy a las islas para tomar parte en competiciones de nivel balear o incluso el Campeonato de España de media distancia, que se hizo en Ibiza. Este mes de octubre iré seguramente para participar en el Campeonato de Europa Multideporte.