Garmendia, con el balón, ante la mirada de dos jugadores del Sabadell.

No fue un mal partido del Formentera, ni mucho menos. Los rojinegros mostraron un buen trato de balón aunque volvieron a dejar claro la poca pólvora que tienen arriba. Les cuesta un mundo marcar un gol. Si a esto, se le suman los errores defensivos ante un rival como el Sabadell, el resultado termina siendo negativo. Ayer, un 1-3 que deja muy tocados a los de Juan Arsenal.

El Formentera salió al césped de San Francesc a tener el balón ante un equipo que se encuentra cómo defendiendo. Parecía que los pitiusos habían empezado bien, nada más lejos de la realidad. En la primera salida de los catalanes, el balón fue al espacio para que Arturo pusiera el cuerpo y ganara la posición dentro del área. El pase de la muerte le llegó a Felipe Sanchón que no perdonó con todo a placer. Tocaba remar y reponerse.
Los rojinegros lo hicieron. A través del juego combinativo, fueron llegando al área rival. En una de estas jugadas, llegó una falta casi sobre la línea de fondo. Soria cogió el balón y cuando todo el mundo esperaba un centro, la golpeó con violencia, sorprendiendo el portero, para poner la igualada.

Con el tanto local, los visitantes dieron un paso adelante en su presión y complicaron el juego de toque. Los minutos fueron cayendo sin grandes ocasiones en ninguna de los dos áreas. En un córner del Formentera, el balón se cerró en exceso y acabó golpeando el palo por fuera. El peligro del Sabadell lo ponía Arturo, un delantero muy fuerte y con un gran juego de espaldas. Lo probó en dos ocasiones pero sus disparos no tuvieron dificultad para Marcos.
Tras el paso por vestuarios, la pesadilla se repitió, también en el minuto cuatro. Una falta lateral colgada al área, llegó al defensa visitante Miguel. Éste tuvo tiempo para bajarla y fusilar a Marcos que llegó a tocar la pelota. 1-2, en un error defensivo imperdonable. Uno de esos fallos que pueden valer una categoría.
Después del tanto, el Sabadell se encontró muy cómodo. Encerrado y saliendo al contragolpe. Arturo pudo matar el partido en el 62, la estrelló contra Marcos cuando tenía todo para marcar.
Poco después, a punto estuvo de llegar el empate. Nando colgó una falta que peinó Bruno y se estrelló en el palo. En el rechace estuvo atento el portero visitantes para abortar el peligro. En la siguiente, volvería a rematar el brasileño pero sin encontrar portería.

Cuando más apretaban los rojinegros, llegó la sentencia. Arturo en una contra de libro se fue de Marcos para marcar a placer el 1-3 en el 76.
En la jugada siguiente, el Formentera se pudo meter en el partido. El árbitro señaló penalti. El encargado de lanzar fue Juan Antonio. Falló. Su disparo no ofreció problemas para Roberto. Con ese error, se acabó el partido.
La derrota es dolorosa. Una victoria hubiese sacado a los de la pitiusa sur del descenso. Las cosas quedan igual que estaban, pero con un partido menos. Son dos puntos los que hay que recuperar para alcanzar la promoción. Quedan nueve en juego, tres partidos. Badalona y Peralada fuera, y entre éstos, Aragón en casa. Las cuentas no permiten más fallos.