El poco tiempo que pasará entre los dos encuentros, es una de las preocupaciones de Diego Barturen, técnico de los ibicencos. El entrenador teme el poderío físico del Soller: «Son un equipo muy joven, que nada mucho y que el poco tiempo de descanso les puede venir bien. Es un handicap para nosotros». Aunque por otro lado, destacó que «nosotros tenemos una plantilla amplia, de 17 jugadores, por lo que podré rotar bastante al equipo».
En ese sentido, este fin de semana se enfrentarán dos estilos diferentes. La mezcla de juventud y experiencia de los josepines con un waterpolo más pausado, de contacto y ataques largos, contra la explosividad del Soller que busca las transiciones rápidas y el juego al contraataque.
Sobre el papel, los de Ibiza parten como favoritos al quedar primeros de la liga regular y enfrentarse al cuarto clasificado, pero una de las cosas que hay que tener en cuenta es que el Soller es el único equipo que ha ganado en Sant Josep. Eso sí, lo hizo en el primer partido del curso cuando los ibicencos aún no estaban rodados. Aunque son unas semifinales a ida y vuelta, hay que ganar los dos encuentros, no existe la diferencia de goles y en caso de que los equipos se repartieran los triunfos, tendrían que jugarse el pase a los penaltis.
Barturen aseguró que «no será un partido sencillo, pero nosotros tenemos un plus de confianza tras haber quedado los primeros». El técnico alabó el crecimiento de sus pupilos: «Hemos trabajado mucho esta temporada y eso se está reflejando con los resultados». «Nuestro fuerte es la defensa, somos un gran bloque, pero también tenemos individualidades como Marcos Chércoles, máximo goleador del campeonato».
Si las cosas fueran bien para los ibicencos en estas semifinales, en la final se verían las caras contra el Ciutat de Palma o el Mallorca. «Son dos equipos muy parejos y cualquiera nos lo pondría difícil, pero primero tenemos que ganar al Soller. Hay que ir paso a paso y haciendo las cosas bien si queremos ser campeones».
En caso de que consiguieran el título balear, los ibicencos se clasificarían para una fase de ascenso a Segunda División. Un sector a nivel nacional donde tendrían que acabar como campeones. «Mucho dependería del grupo que nos tocase en el sorteo, pero sí, sería muy complicado conseguir subir de categoría. Sería un sueño hecho realidad», aseguró Barturen.
Aún queda mucho tiempo para esa posible fase de ascenso. Ahora, el objetivo del Sant Josep es eliminar este fin de semana al Soller y llegar a la final que se celebrará en abril.
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