El duelo se puso cuesta arriba nada más empezar. Joan Roig, en el minuto tres, adelantaba a los locales. Por tercer partido consecutivo, los celestes comenzaban perdiendo. Esta vez, no pudieron remontar pese a que quedaba todo un mundo por delante.
El encuentro nunca fue cómodo para los unionistas. El Manacor, con el marcador a favor, tiró de oficio para enfriar el partido con numerosas faltas y pérdidas de tiempo. La falta de ideas de los visitantes fue alarmante, pues no es algo que se haya visto en los últimos partidos. Al descanso se llegó sin que el Ibiza apenas hubiese tirado entre los tres palos.
Para el segundo tiempo, Amor decidió mover el banquillo con la entrada de Gámiz y Terán, dos de los mejores jugadores de la plantilla que el técnico intentó reservar. Los cambios avivaron un poco a los celestes que pronto gozaron de una buena ocasión en las botas de Mateu. El disparo no puso en demasiados problemas al portero local.
Con el paso de los minutos, llegaron las prisas, pero no las oportunidades de gol. Incluso el Manacor pudo matar el partido al contragolpe. Los ibicencos lo siguieron intentando pero sin fortuna ante un conjunto que se encontró muy cómodo sobre el césped de su estadio.
Con el pitido final se escaparon tres puntos que vuelven a comprimir la clasificación. Tras la victoria del Mallorca B, la distancia vuelve a ser de un punto, y el Poblense sigue a la espera de más fallos. Éstos no se pueden producir si la UD Ibiza quiere acabar como campeón.
El domingo será turno de recibir al Santanyí, un partido propicio para pasar página y volver a reencontrarse con las buenas sensaciones que estaba mostrando el conjunto de Toni Amor.
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