Esta actividad consiste en «llevar a cabo unos test entre los atletas más prometedores, ya sean de fuerza, velocidad, fuerza relativa... Se trata de generar un perfil antropométrico para ver la evolución del deportista y cómo va mejorando en distintas cualidades. También supone la convivencia con los mejores atletas de esta generación», explicó Roig.
Moura finalizó este año la etapa cadete con la segunda mejor marca de la historia de la categoría en los 1.000 metros, un 2'29''40 cosechado en un control en las pistas de atletismo de Can Misses en julio. Además, se hizo con el título nacional cadete de los 600 metros en pista cubierta, en marzo y se proclamó subcampeón en la misma cita en el Campeonato de España al aire libre, en julio. Ahora, vive su primer año como juvenil, pero la federación «ha considerado que le presupone un nivel suficiente como para estar en esta concentración», según indicó el técnico del CA Pitiús.
Esta temporada, Matheus Moura debe adaptarse a la prueba de los 800 metros y debe acostumbrarse a pelear con rivales, posiblemente, mejor capacitados por la diferencia de edad. «Ahora, hay que ayudarle a seguir subiendo de nivel. Tiene que mejorar su adaptación a los 800 y debe centrarse en competir en esta prueba. La diferencia entre los de primer y segundo año es grande, pero durante ese primer año puedes crecer muchísimo. Estoy seguro de que va a estar a la altura. No tengo ninguna duda. Lo que le falta de hombre, entre comillas, en referencia al crecimiento físico, lo cubre con su talento», explicó Joan Roig.
LA NOTA
De la velocidad al medio fondo
Matheus Moura llegó en 2014 a la isla y no tardó en hacer atletismo en la escuela del CA Pitiús. Empezó como velocista, pero sus condiciones para el medio fondo le hicieron cambiar de pruebas. Su trabajo y el del club le han convertido en un diamante en bruto.
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