Formentera se despertó ayer sabiendo que lo vivido el día anterior, el ascenso a Segunda División B, no fue ningún sueño, sino una fabulosa y trabajada realidad. El equipo siguió celebrándolo como no podía ser de otra forma. Primero, acudió a una recepción en el Consell de Formentera y, después, disfrutó de una cena. Tocaba brindar por el salto de categoría.
Alberto Górriz, delantero rojinegro, era pura alegría por la mañana. «Estamos de celebración, muy contentos», dijo el ariete, que recordó que el «el club llevaba tiempo buscándolo».
El vasco llegó en el mercado invernal y, cuando conoció el plantel, supo que el sueño era posible: «El Formentera siempre ha luchado estos años por el campeonato y el ascenso. Cuando llegué y vi el equipo pensé que era posible». El jugador, cuyo móvil estaba «a punto de explotar» anteayer con motivo de las felicitaciones, no sabe qué será de su futuro: «No tengo contrato. Tendré que hablar con Xicu Ferrer y a ver qué pasa».
El que sí está a punto de sellar su continuidad es Tito García Sanjuán, cuya firma se producirá seguramente esta misma semana: «No habrá problemas. Espero que en uno o dos días haya novedades. Ya hubo un acercamiento antes del play off, pero dijimos de aparcar el tema porque nos jugábamos bastante».
El día después del ascenso, Tito se levantó con «una paz interior» tremenda. «No me sentía así desde que empecé hace diez meses y estoy muy contento. Estoy orgulloso del trabajo bien hecho y es una recompensa gigante a todo lo que hemos hecho», dijo el míster.
Por la pitiusa sur, el técnico aseguró que no paró de recibir «felicitaciones de todo el mundo». «Si eres feliz por ti mismo, imagina si lo multiplicas por 7.000 personas», sentenció.
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