María Ramón Pons (Ibiza, 19-03-2001) es un caso especial en el deporte pitiuso. La joven ibicenca igual se luce en un concurso de saltos de caballo que gana una prueba balear de trial –la de TR4 125–, como hizo el pasado fin de semana en Formentera.
No es fácil compaginar dos deportes a la vez, menos cuando son tan diferentes. Quizá por eso sus compañeros de esta estudiante de 4º de ESO le dicen que está «loca», como ella misma apuntó entre risas. «Nadie se explica cómo puedo hacer tantas cosas ni cómo lo puedo llevar todo adelante», continuó.
Desde muy pequeña practica ambos deportes. Su padre, Francisco Ramón Palau, es el impulsor del Motoclub de Formentera i Eivissa y es quien tiene «la culpa», como ella misma indicó, de meterse en este mundillo, en el que la participación femenina no es precisamente muy alta. «De pequeña, un día estaba abrí el garaje de casa y había una Beta destrozada, de unos 25 años. Tenía las gomas rotas y el asiento era un saco de comida de gallinas. Le dije a mi padre que la arrancase y decía que no iba a funcionar. Al final, la arrancó y me pasé toda la tarde con la moto para arriba y para abajo. Fui con ella a Palma y los mallorquines le dijeron que cómo podía llevar a la niña con esa moto. Él contestó que la niña con esa moto le estaba ganando a los niños», recordó María Ramón.
Hace dos años que empezó a tomarse en serio el trial. Su primera experiencia no le dejó un buen recuerdo: «En las fiestas de Sant Josep, recuerdo bajarme de la moto y caerme al suelo al andar. Había sufrido una lesión del ligamento cruzado anterior. ¿Cómo? No lo sé».
Eso no le impidió acabar cosechando éxitos con el tiempo. De hecho, este año quedó segunda en esa misma cita josepina y ahora viene de ganar el Trofeu Illa de Formentera, puntuable para el Campeonato de Balears. Y todo ello, lesionada, porque su rodilla aún no se ha recuperado. «Llevo unas rodilleras ortopédicas y estoy yendo a rehabilitación, pero no puedo estar sin entrenar. Tendría que parar, pero estoy bien así».
Este fin de semana viajará a Palma para disputar una prueba non stop, pero el campeonato autonómico se paraliza hasta octubre. Mientras, le gustaría «salir a alguna prueba y realizar un stage con Pascuet» en el pirineo leridano, cerca de Andorra.
Hípica
María Ramón igual se sube a una moto que a un caballo. En el mundo de la hípica comenzó hace diez años. «Mi prima monta a caballo e íbamos a verla. Gracias a ella me metí en este mundillo», recordó.
Se vinculó a las Cuadras de es Puig con seis años, pero desde diciembre de 2015 está en las de sa Rota de es Canar, con Adelina Torres como profesora. «Estoy donde estoy gracias a ella. Desde que llegué ahí todo cambió radicalmente. Compré un caballo más bueno y empecé a salir fuera de la isla a competir», comentó la amazona, en cuyo currículum figuran, entre otros éxitos, un Campeonato de Ibiza y Formentera infantil (2015), un primer puesto en el segundo día del Campeonato de Balears de 2015, un tercer puesto en La Gabia (2015), dos primeros puestos en Carrascoy (Murcia) sobre 1,10 metros y una primera posición en Can Mayans (2016) sobre 1,15 metros.
Para progresar en ambas disciplinas, la joven ha decidido ponerse a buscar ayuda tanto material como económica. No en vano, a sus padres se les van más de 10.000 euros al año entre las dos modalidades deportivas. A María Ramón le gustaría «salir todos los meses a competir con el caballo». «Aquí no es que haya mucho y lo más alto que vas a saltar es 1,20 metros, que es mi meta este año. Si sales a concursos de tres días avanzas muchísimo más. Estaría bien que pudiera salir, al menos, una vez al mes», explicó la amazona, que tiene menos problemas con la moto a nivel balear al estar subvencionados los desplazamientos. En cambio, competir en la Península sí supone un importante desembolso, como también participar por Balears con el caballo. Y es que la ayuda institucional que recibe cuando se desplaza con su caballo por las Islas se reduce a «80 o 100 euros».
La amazona y ‘trialera', que dedica hora y media a la hípica durante cuatro días de la semana y unas ocho los fines de semana al trial, es consciente de que no encontrará un camino de rosas hacia el éxito, pero sueña con tomar parte en algún Campeonato de España de trial, así como en algún Gran Premio de hípica. Voluntad, desde luego no le falta.
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