El jugador rojinegro Lolo, autor del segundo gol, cabecea el balón. | Toni Escobar

El Formentera se ha quedado solo en lo más alto de la tabla clasificatoria. El equipo rojinegro se impuso ayer por 2-0 al Constància y sacó así tajada del empate firmado por el Poblense, con el que colideraba la tabla, ante la Peña Deportiva, con la que, además, pone algo más de tierra de por medio.

El conjunto de la pitiusa menor sabía que un triunfo le auparía a lo más alto de la clasificación en solitario. Fruto de ello, salió a por todas desde el principio y al filo de la media hora de juego ya mandaba por dos goles de diferencia.
Liñán se encargó de abrir la lata con un disparo magistral de falta en el minuto 28. Poco después, Lolo se encargó de subir el segundo tanto al marcador desde el punto de penalti.

Los formenterenses fueron un ciclón que arrasó por delante a un cuadro mallorquín que, con todo, dispuso de algún acercamiento puntual que puso en aprietos la portería de Marcos Contreras. Con todo, los locales supieron dejar su portería a cero y se marcharon a los vestuarios con una importante ventaja.

Tras el descanso, los de Inca no encontraron la forma de darle la vuelta al partido. El equipo de Tito García Sanjuán era el dominador del balón y no estaba por la labor de llevarse ninguna sorpresa. La solidez de los rojinegros era una barrera insalvable para los mallorquines.

Tito García Sanjuán incluso tuvo la oportunidad de ver en acción a sus dos últimos fichajes. Álex Bonilla saltó al terreno de juego al cuarto de hora de la reanudación en sustitución de Maikel, mientras que Alexandre tuvo que esperar hasta el minuto 74 para debutar con la elástica rojinegro para ocupar el sitio del delantero Alberto Górriz.

Estos minutos les vinieron bien a ambos futbolistas para ir acoplándose a un Formentera que lidera la tabla y atraviesa un momento dulce de juego y resultados. No en vano, desde el 3 de diciembre del año pasado cuenta todos sus partidos ligueros por victoria. El Felanitx, el 26 de noviembre, fue el último que le hizo morder el polvo. Desde entonces, la liga se ha convertido en un paseo para un Formentera prometedor.