El ibicenco ya advirtió antes de partir hacia Marruecos que acudía con la intención de «liarla de nuevo» tras su tercer puesto en la general de la pasada edición y ayer lanzó su ataque. De hecho, Morcillo se lanzó a la aventura en solitario e hizo casi todo el recorrido en cabeza. Tenía una renta cómoda al pasar por la llanura de Mahra, a sólo 30 kilómetros de meta, donde se encuentran las enormes esculturas que el artista alemán Hennsjorn Voth creó en los años 80 con los materiales de la zona: roca, arena y madera.
No obstante, Gómez le dio alcance y consiguió adjudicarse la etapa en el sprint final, en el que ambos ciclistas entraron pegados.
Conocedor de sus virtudes y también de sus puntos débiles, Morcillo ya avisó que esperaba ir «de menos a más» y que conforme avanzara la prueba confiaba en mejorar su rendimiento. Ayer lo demostró y se quedó muy cerca de llevarse la etapa, la primera de tipo maratón, en la que está prohibida cualquier ayuda externa –mecánica o personal– al final de la misma. Además, los corredores debían ayer llevar los útiles que consideraran necesarios para la pernoctación, como saco de dormir, esterilla, suplementos deportivos, etcétera.
En cuanto a la situación de la carrera, Carrasco logró mantener el liderato en el día de su cumpleaños (34), aunque ha perdido casi toda su renta respecto al catalán Betalú, que pasa a ser el gran favorito al triunfo final. Por su parte, el colombiano Diego Tamayo, vigente campeón, ayer tuvo un mal día y cayó al undécimo puesto de la general, a más de ocho minutos de Carrasco. A su vez, Ramona Gabriel, compañera de equipo de Morcillo, sumó su tercera victoria de etapa y lidera la clasificación femenina.
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