«Todo comenzó con la pregunta de si quería jugar y vivir en Eivissa. Acababa de comprar una casa en Holanda y trabajaba a tiempo completo. Vivir con mi amiga Miroesja y jugar al balonmano era como un sueño. Hablé con mi manager y me dijo que era posible conseguir seis meses libres. Firmé un contrato que decía que tenía que comenzar a trabajar en abril, así que tengo que irme, trabajar de nuevo y pagar mi casa», explicó la jugadora de origen tulipán.
Sobre si echará de menos la isla, indicó: «A veces lo hago ya. Me emociono cuando la gente me pregunta sobre abandonar Eivissa. Soy consciente de que esta oportunidad supuso una experiencia que me cambia la vida y estoy muy agradecida por ella».
Los primeros meses en el equipo fueron «muy duros» por «el idioma, la cultura, la forma de jugar» y otros factores. «Miroesja fue un gran apoyo cuando me sentí insegura», comentó Olga, que está convencida de que «el Puchi jugará el play off de ascenso». «Ahora mismo, su energía es muy fuerte. La fuerza de este equipo es que cada una lucha siempre y cada una lucha por la otra», señaló.
La holandesa afirmó que «Eivissa será mi segunda casa». Sobre la posibilidad de volver, dijo: «No puedo decir cómo me sentiré en Holanda. Yo sé que soy feliz aquí, así que las puertas están abiertas».
Noel Cardona, entrenador del Puchi, aseguró que la marcha de Olga «es una baja importante, sobre todo a nivel defensivo y porque se había hecho con el grupo». «Es una jugadora muy querida y nos venía bien», agregó el técnico, que tiene claro que no se fichará a nadie. «Hay gente joven en el club y tiraremos con lo que tenemos».
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