Aparicio cae dolorido al césped tras un choque con Cladera.

SAN RAFAEL: 1

FELANITX: 2

Suspenso. Esa calificación indeseable por cualquier alumno es la que ayer recibió el San Rafael. El conjunto rafeler no sólo no supo imponerse al Felanitx, sino que perdió contra él, un equipo que, en boca de su entrenador Julián Ronda, «no cobra nadie, ni siquiera la gasolina, y en el que el 80 por ciento no tiene experiencia en Tercera». El cuadro blue dejó escapar una oportunidad de oro para prolongar su racha de resultados, que se quedó en dos victorias consecutivas, y dejar atrás a un combinado de los que pelean por no acabar ahogados en la zona de descenso. De poder distanciarse a seis puntos de los mallorquines ha pasado a ser cazado por ellos y, además, colocarse a solamente tres puntos de la parte roja de la tabla. Menuda diferencia.

Desde la primera jornada, contra el imparable Mallorca B (0-3), el equipo de Vicente Román no perdía en casa. No eligió un buen día para volver a hacerlo, porque ayer era el momento perfecto para dar un golpe sobre la mesa, asentarse en la zona media –se habría situado en la undécima plaza–, certificar la mejoría mostrada en las dos últimas semanas y comenzar definitivamente a ofrecer la imagen que se espera de este plantel. Nada de eso fue posible sencillamente porque el equipo estuvo irreconocible. «Entrenamos para entrar por las bandas y hemos hecho un fútbol directo contra un equipo que defendía con mucha gente». El técnico rafeler resumía así a la perfección el grave error cometido ayer por el San Rafael, que no supo cómo romper la línea de cinco –más dos pivotes inamovibles– plantada por el cuadro visitante. Los pupilos de Julián Ronda tenían claro cuál era su partido: defender y dejar que Jefferson, una especie de isla en la retaguardia rafelera, hiciera de las suyas gracias a su indiscutible calidad.