Dani Mori durante su última visita a Sant Rafel con el Ferreries; al fondo, el delegado ‘blue’ Romero. | ARGUI

Los años no pasan por el asturiano Damián Fernando Mori Cuesta, conocido en los terrenos de juego como Dani Mori. Comedido, como siempre, y ambicioso a partes iguales, el principal artífice del ascenso a Tercera División del Penya Ciutadella recibe este domingo a la escuadra que le encumbró en los banquillos con apenas 30 años. El técnico de Cangas de Onís removió los cimientos emocionales de Santa Eulària en la 2007-08 con un inolvidable ascenso a Segunda B. Ahora, con una de las mejores plantillas de Menorca, quiere demostrar frente al líder por qué es uno de los preparadores mejor considerados de las islas.

—La vida le está tratando bien por Menorca.

—Estoy muy bien en Ciutadella desde el primer año que vine a trabajar. En esta nueva etapa eché un cable al Ferreries para salvarlo cuando vinieron mal dadas en diciembre. La temporada siguiente renové con el Penya Ciutadella para coger el regional y seguir con el trabajo del fútbol base. Hicimos campeones de Liga y Copa y logramos el ascenso. A nivel personal y profesional estoy muy bien aquí.

—Es poco menos que un Mesías en el Penya Ciutadella.

—Es un club muy familiar en el que me siento valorado. La gente me conoce y me trata de forma fantástica. El club demostró mucho interés en mí y yo trato de devolverlo con trabajo diario; ésa es mi filosofía. Además, somos uno de los clubes mas trabajadores con la cantera y la directiva me da apoyo y libertad para hacer mi trabajo.

—A pesar de debutar en la categoría, ¿en Ciutadella piensan en el ‘play off'?

—No, vamos partido a partido siendo conscientes de ser un recién ascendido. Tenemos futbolistas y un cuerpo técnico con experiencia, pero el fútbol es más de hechos en el campo que de palabras. Hay una buena plantilla que nos va a hacer competir en Tercera sin agobios. Miramos a corto plazo y lo más cercano es el partido del domingo. Ahí es donde tenemos que demostrar dónde queremos estar.

—¿Ver a la Peña líder le evoca recuerdos del año del ascenso?

—Me trae muchos recuerdos siempre que te enfrentas a la Peña, un club donde logramos grandes cotas y en el que viví un año impresionante a nivel profesional. Fue una temporada complicada, pero resultó fantástica gracias al grupo de personas que hicieron posible un hecho histórico. Todavía hoy tengo contacto con todos los jugadores, el cuerpo técnico y los aficionados. Dejé grandes amigos y muy buenas sensaciones. Fue un paso importante en mi carrera ascender a Segunda B con 30 años.

—¿Guardan algún parecido aquella Peña con la actual de Mario Ormaechea?

—Yo valoro los equipos en los que estoy; no es mi función valorar otros equipos. De la plantilla que yo dirigí solo quedan Berto Suárez, Raúl Gómez y Paco Maline.

—¿Qué opinión le merece el técnico? ¿Cree, como piensan algunos, que ‘llora' en exceso?

—No entro a juzgar ni a valorar eso, nunca lo he hecho por respeto a mis compañeros de profesión. Pero Mario me parece un buen tío, un entrenador fantástico y, además, me consta que tenemos amigos en común como Muriana.

—Conociendo su carácter ganador, ¿le cuesta otorgar el papel de favorito a la Peña?

—La Peña es un equipo que está demostrando estar en un gran momento de forma. Están fuertes y es un equipo complicado y difícil de batir. Pero aquí en casa intentaremos ponérselo difícil y veo que mi equipo tiene posibilidades de ganarle, igual que a cualquier otro equipo. La Peña tiene mucha intensidad y dominan el juego aéreo y las segundas jugadas. Deberemos tener todo esto en cuenta y mantener la concentración, pero tenemos argumentos como para sacar el partido adelante.