El Ibiza encajó cinco goles antes de que se suspendiera el partido. | Marco Torres
La UD Ibiza-Eivissa estuvo a un pequeño paso, uno más, del abismo. Ibon Begoña y Onofrio Barone consiguieron reunir a duras penas a siete jugadores -el número mínimo exigido por normativa- y el equipo pudo salir a jugar ante el Atlético Jesús, sorteando, por el momento, la expulsión del campeonato.
Sin embargo, como en una buena película de suspense, la solución llegó casi sobre la campana. Sólo habían llegado seis jugadores y faltaba uno para que pudiera comenzar el partido. Ibon Begoña empezó a hacer llamadas casi a la desesperada para intentar convencer a algún futbolista más. Finalmente, el jugador que faltaba llegó con diez minutos de retraso y se pudo comenzar el choque con el italiano Andrea Ivan en la portería y los juveniles Lolo, Cardona, Escudero, Llorente, Cruz y Marí para intentar evitar una goleada de escándalo.
Lógicamente, el partido fue claramente favorable al Jesús, que se fue al descanso con 3-0. En la segunda parte amplió su cuenta con otros dos goles y pudo marcar más si no hubiese sido por la lesión de Andrea Ivan, que obligó al colegiado Antonio Daniel Fernández Cardona a parar el partido en el minuto 61, debido a que la UD Ibiza no tenía el número necesario de futbolistas.
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