¡Viven!

Era un partido que había que ganar por activa o por pasiva. No valía otro resultado que la victoria para seguir vivo en la Liga Femenina. El Palacio de Congresos de Ibiza lo sabía y por fin se puso las pilas para llevarse un triunfo, el tercero esta temporada, que mantiene más o menos intactas las opciones de salvación del equipo. Todavía queda mucho por hacer, pero ayer se dio un gran paso. La única nota negativa es que, además de ganar, era importante superar en el basket-average particular al Estudiantes, que en la primera vuelta ganó por 14 puntos de diferencia. El conjunto ibicenco estuvo a punto de conseguirlo, pero la última canasta no entró y se quedó a sólo un punto (67-54).
En el primer cuarto las jugadoras locales salieron dispuestas a comerse al rival. Sin embargo, los nervios se notaban en ambos equipos, como demuestra que la primera canasta no llegase hasta cumplido el minuto 3 de partido. Pero la mayor intensidad de las ibicencas, que prácticamente mordían en cada balón y en cada jugada, hizo que el Palacio de Congresos no tardara en distanciarse en el marcador (11-4, minuto 7).
Las sensaciones que transmitía el equipo eran muy distintas al de otras tardes. Sobre todo en motivación, algo que las de Pérez y Quiñonero parecen haber recuperado, tal y como aparece en las imágenes del vestuario de la página siguiente. El regreso de Sandra Pirsic también es un importante acicate para el equipo. La pívot eslovena reapareció en la competición liguera después de dos meses de baja por lesión y su entrada aporta más recursos tanto en defensa como en ataque. Su primera canasta llegó en el minuto 9 (17-10) y fue una de las destacadas en el triunfo de ayer. Como curiosidad un dato: la última victoria hasta ahora en la Liga, que se produjo el 5 de diciembre ante el Hondarribia, llegó también con Pirsic en la pista, por lo que es un auténtico talismán para el PDV.
La importancia de la eslovena se vio sobre todo en el segundo cuarto. Primero Sanford, y después Bade, se cargaron con tres faltas personales y tuvieron que irse al banquillo. En otra ocasión el equipo se hubiese resentido de esa circunstancia. Pero esta vez no fue así. La renta se mantuvo e, incluso, se amplió después de dos triples consecutivos de Pee Wee Johnson en el minuto 19, que colocaron una máxima ventaja de 14 puntos (36-22).
Misma intensidad
Tras el paso por los vestuarios no cambió la dinámica del encuentro. Hasta ahora, el Palacio de Congresos nunca había aguantado la misma intensidad durante los 40 minutos, algo que siempre habían reclamado, en su día, Jenaro Díaz y, ahora, Àlex Pérez. Pero esta vez no hubo desfallecimientos ni pasos atrás. La importancia del partido así lo requería. El problema era que el juego físico de las locales obligaba a cometer muchas faltas, por lo que Vanessa Blé no tardó en cometer su cuarta personal en el minuto 26 y que Sanford, Bade y Johnson, con tres, tuvieran que andarse con mucho ojo. Pero lo importante era que el conjunto ibicenco seguía tan enchufado en el partido como desde el primer minuto y que el Asefa Estudiantes era incapaz de acercarse con alguna sensación de peligro en el marcador.
Sólo hubo un ligero sobresalto al inicio del último cuarto. Un triple de Sandra Ygueravide puso un inquietante 49-43 en el minuto 31, pero dos canastas de Sanford y Johnson y un triple de Infante devolvieron la tranquilidad a la grada (56-43, minuto 34). El gran trabajo en defensa hizo el resto. Con el triunfo en el bolsillo, quedaba lo más difícil: superar los 14 puntos de diferencia que se trajo el equipo en el partido de la primera vuelta. Se quedaron muy cerca, en una jugada en la que los árbitros se comieron una clara personal a Blé. No obstante, lo importante era que la victoria, después de dos largos meses, por fin se quedaba en casa. La salvación ya no está tan lejos.