Mallorca 1
VALENCIA: César (), Bruno (), David Navarro (), Dealbert (), Mathieu (), Pablo Hernández (), Albelda (), Banega (), Mata (), Silva () y David Villa ().
Cambios: Joaquín () por Silva (m. 29), Alexis (s.c.) por P. Hernández (m. 81) y Zigic (s.c.) por Mathieu (m. 87).
MALLORCA: Aouate (), Josemi (), Ramis (), Nunes (), Ayoze (), Borja (), Martí (), Suárez (), Castro (), Víctor () y Aduriz ().
Cambios: Julio Àlvarez (), por Suárez (m. 68), Webó () por Aduriz (m. 77) y Pezzolano (s.c.) por Víctor (m. 81).
Àrbitro: Iturralde González, del Colegio vasco. Amonestó a Banega, Zigic, Villa, Aduriz, Ayoze, Josemi y Aouate.
Goles:
1-0, min. 47, David Villa. 1-1, min. 85, Borja Valero, de penalti.
Miquel AlzamoraVALENCIA
Harto de ser un equipo diminuto lejos de Palma, el Mallorca se plantó en Mestalla con la intención de dar la cara ante otro de los grandes. Demostró valor, fe y tesón y sobrevivió a un huracán de fútbol gracias a la solvencia de Aouate y a la sangre fría de Borja, que con el 1-0 en contra, lanzó un penalti a cinco minutos del final con una serenidad insultante y que posibilitó que los de Manzano atraparan un punto y salieran vivos de Mestalla (1-1).
El plácido dominio del Valencia en casi todo el partido se convirtió en esquizofrenia al final y el Mallorca se mueve bien por las arenas movedizas y cuando al rival le entran las dudas, echa mano de la practicidad para matar a sangre fría, a traición, como más duele. Es decir, al final, cuando no hay tiempo para nada más. Pero la aventura en Mestalla pasó por muchos decorados.
La primera parte tuvo dos mitades bien diferenciadas, con Silva y sin él. Con el canario sobre el campo, el Valencia era un vendaval, un huracán indominable. El Mallorca presionaba arriba, pero cuando los de Emery robaban cualquier noticia podía surgir y no precisamente buena. Villa demostró que es humano a los cuatro minutos al enviar un balón por encima del larguero nada más empezar y poco después, su hambre de gol jugó en contra de su equipo. Tocó el balón en posición de fuera de juego y eso invalidó el gol que debía ser de Silva. En esa fase de partido el control era del Valencia, el juego también, las oportunidades ni decir y del Mallorca no había dado excesivas noticias.
Sin embargo, el guión del encuentro cambió radicalmente gracias a dos acciones puntuales; una fortuita, la lesión de Silva y otra técnica, el intercambio de posiciones de Borja y Castro.
En el segundo tiempo, David Villa adelantaba al Valencia en el marcador en el minuto 47. Quedaba un mundo y el partido se electrizaba, aunque las ocasiones eran del Valencia quien más sinfonía le metía al partido. Pero el fútbol tiene una máxima: quien perdona, lo paga y el Valencia perdonó y lo pagó. Bruno cometió un penalti absurdo sobre el Chori y Borja Valero estableció el empate a cinco minutos para el final.
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