La UD Ibiza y, en concreto, su vicepresidente ejecutivo, Antonio Stina, ha vuelto a incumplir el plazo prometido al presidente de la Federación de Fútbol de les Illes Balears, Miquel Bestard, por el que se comprometía a abonar los 20.000 euros que adeuda al Colegio de Entrenadores antes del pasado sábado. Stina ha reiterado que la transferencia fue enviada desde Italia, pero han pasado diez días y tanto Sergio Tortosa como Daniel Ferrer continúan sin conocer el paradero de su dinero.

 La Federación y el Colegio de Entrenadores dieron un voto de confianza al club para resolver la dicotomía a la que se enfrenta. Después de pasar por alto tres plazos, la máxima institución balear de fútbol a través de la asesoría jurídica de la Federación Española ha concluido que el club no pueda tramitar más licencias, pero ya no podrá dar marcha atrás con las fichas del equipo femenino y de los dos jugadores de Regional, Di Chiara y Sissoko, inscritos el pasado 18 de octubre, por lo que no habrá medidas drásticas por el momento. El Comité de Jurisdicción, sin embargo, se ha reservado el derecho legal de retener el tema para su estudio. Si la situación se prolonga en el tiempo, este organismo sí tendría la facultad de recrudecer las medidas llegando éstas a la retirada de las fichas tramitadas desde aquélla fecha o, incluso, retirar de la competición a los diferentes equipos del club.

El Ayuntamiento de Vila, por su parte, ha dado un último plazo para que el Ibiza justifique los 38.000 euros correspondientes al 75% de la subvención municipal. Pasado el 31 de diciembre, cuando el Consistorio liquide el presupuesto anual ante el Tribunal de Cuentas, el siguiente paso será presentar una denuncia judicial. El mismo camino tomaron varios ex futbolistas y el técnico Joan Francesc Ferrer, Rubi. Ahora, Sergio Tortosa y Daniel Ferrer seguirán la misma dirección. El Comité de Entrenadores también estudia el asunto con asesores jurídicos para no pasar por alto la demora, pero desde la Federación se mantienen flexibles. El secretario general de la FFIB, Manuel Bosch, ha mantenido una conversación este fin de semana con el gerente del Ibiza, Andoni Valencia, de la que no se han podido extraer muchas conclusiones.

Reflexiones

«Valencia me hizo una reflexión. Si pagaron 4.200 euros es por algo, si no tuvieran voluntad de pagar la deuda no los hubieran abonado. Si ahora todo el mundo aprieta y aprieta esto se rompe, el Ibiza desaparecerá y no cobrará nadie. El club tiene tantas deudas de tantos sitios que por este mínimo ingreso -20.000 euros- cuesta tomar decisiones», indica Bosch.

Para el secretario sólo existen dos alternativas: «Pagar o desaparecer». «No me hace gracia que el Ibiza se quede sin fútbol, sería la segunda vez y es algo desagradable», sostiene el representante de la Balear, a quien le «gustaría» que «fueran pagando poco a poco, aunque tarden toda la temporada». Desde la Federación lo último que esperan es que la UD Ibiza cierre sus puertas. «Si esta gente se agobia retirarán los equipos y no habrá fútbol por parte del Ibiza. Y si cerramos el grifo y hacemos que desaparezca no va a cobrar nadie».

Bosch, no obstante, tiene la impresión de que «pasan días y días y no se arregla nada» y entiende que «en su momento ya quedaron 30 millones en el aire y lo que queremos es que paguen». Por último, la mano derecha de Bestard lanza un dardo a la anterior directiva que encabezaba Pedro Ortega, la causante del inmenso pozo sin fondo que arrastra el club. «El que se comprometió con todos esos pagos ya no está. Ahora la gente que lo ha cogido, sin comerlo ni beberlo, va tapando agujeros. Se ve una intención de salir adelante».

Al parecer Antonio Stina ha propuesto una nueva forma de pago y tratará de abonar esta misma semana el 50% de la deuda con los técnicos. El enésimo plazo parece esta vez más viable al hacerlo fraccionado. Bosch ha podido hablar esta semana con el agente italiano y con el abogado y traductor Emiliano, quienes le han asegurado que la deuda con los técnicos se solucionará. En principio el club tiene previsto pagar esta semana entre 8.000 y 12.000 euros a Tortosa y Ferrer. «Nuestra única alternativa es dar tiempo, a ver si poco a poco van pagando. Ya abonaron 4.200, ¿por qué se ha metido este hombre en todo esto si no va a pagar? -se pregunta Bosch-. Les creo en cierto modo porque ya han pagado una parte de ese dinero», apunta el secretario general de la FFIB.