R. J. Palomo

El entrenador asturiano Fernando Pastor se despide de la isla. Tras una etapa de tres años al frente del HC Eivissa, el técnico hace un balance «positivo» de su estancia en la que se han cosechado «14 títulos de balears, tres permanencias y dos descensos». «Respecto a lo que me exigieron, el objetivo está cumplido», señala Pastor.

Antes de su marcha a tierras gerundenses, donde ejercerá las funciones de entrenador de la cantera en una nueva escuela de balonmano, Pastor afirma que el «punto negro» de esta campaña ha sido que la Federación no permita al equipo de Segunda ascender de categoría. Más duro se muestra el entrenador con el actual papel del balonmano balear y de su máximo organismo: «Tiene que haber un cambio radical en la Federación. Personalmente creo que estamos entre las tres o cuatro comunidades más bajas de España. Debe existir una Federación balear de balonmano que vele por los intereses de las islas y con profesionales capaces». Fernando Pastor añade que «el segundo gran problema es la falta de apoyo a la base. Hay un agravio comparativo respecto a otros deportes y los viajes a la península de la cantera y los equipos senior tiene que ser de coste cero. Sólo con el dinero que se le dio al Vive Menorca se hubieran sacado 16.000 pasajes».

En su análisis del balonmano insular, el entrenador asturiano observa un tercer handicap: la falta de medios. «Hay que mejorar las condiciones de trabajo y las instalaciones. Faltan pistas para entrenar y gimnasios en algunos pabellones», añade Pastor, que dice adiós a su etapa ibicenca para probar fortuna en tierras catalanas.