Dani Güiza celebra el segundo gol de la selección ante Grecia, ayer, en Salzburgo. Foto: JUAN CARLOS CARDENAS/EFE
Roberto Morales|SALZBURGO
España superó el trámite y despidió a la Grecia más endeble de la última década, con un triunfo luchado hasta el último segundo por el equipo de suplentes, en el que se reivindicó Xabi Alonso, mirando de reojo a los ansiados cuartos de final, con la temida Italia en el horizonte. Con el pase como primero en el bolsillo, Aragonés dio la oportunidad a los suplentes y evitó riesgos innecesarios de los titulares. La actual campeona de Europa medía el nivel de «los otros». Salvo Xabi Alonso, nadie brilló, mostrando una distancia abismal de titulares a suplentes. En cuatro días, la campeona del mundo, Italia, examinará a la España verdadera. La de Villa y Torres, la que enamoró con su juego en el estreno ante Rusia y se agarró a la fortuna en el sufrido triunfo ante Suecia.
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