Para realizar un balance global de la temporada 2007-08 de la Peña Deportiva de Santa Eulària hay que recurrir a la planificación y estructura de la plantilla que inició el asalto al grupo XI de Tercera División allá por el mes de agosto. Tras una temporada mediocre, la de 2006-07, en la que se acabó en un discreto octavo puesto, el objetivo para la nueva temporada era alcanzar los puestos de play off de ascenso a Segunda B.
El hombre encargado de transformar el equipo era el joven asturiano Dani Mori. Con él llegaron procedentes del Atlético Ciutadella el riojano David Fernández y el vasco Xabi Gutiérrez. Junto a ellos desembarcó proveniente de Menorca (Alaior) el navarro Javier Zurbano. A estos tres pilares del bloque deportivista se unieron jugadores asturianos como Carlos Moro o Berto Suárez, así como Jonathan Ondina en el mercado de invierno. La base de la plantilla deportivista la completaron jugadores de la casa como Raúl Gómez, Emilio, Aparicio, Salazar, Xicu, Villodre o el gran estilete del cuadro de la Villa del Río, el goleador valenciano Tino. Además, Dani Mori recuperó al joven canterano Adrián Rosa, de vuelta a casa tras su aventura con la Cultural Leonesa.
Con estos mimbres, la Peña Deportiva inició un campeonato complejo y con grandes plantillas como las del Atlétic Balears, el Mallorca B, el Ferriolense o el Constància. Pronto comenzó a funcionar la maquinaria deportivista y, tras dos goleadas ante el Cala d'Or (4-0) y el Serverense (0-3), la Peña alcanzó el primer puesto para iniciar un camino marcado por la regularidad y no bajar del tercer puesto hasta la jornada decimoctava, tras dos derrotas consecutivas (Mallorca B y Manacor). Sin embargo, la reacción no se hizo esperar y los de Santa Eulària engancharon una espectacular racha de seis victorias seguidas para afianzarse en la zona más noble de la tabla.
A pesar del gran rendimiento de la plantilla merengue, uno de los talones de Aquiles siempre fue la escasez de vestuario. La salida por motivos extradeportivos de Paco Maline, las lesiones y las sanciones obligaron a Dani Mori tener que recurrir a canteranos como Samir, Marquitos, Roberto, Fernando o Toni Curuné. Además, el club no pudo afrontar varias mensualidades de los jugadores, que denunciaron públicamente la situación. Esta inestable etapa creó un pequeño bache moral en el seno del vestuario, que se tradujo en cuatro derrotas en apenas siete jornadas.
La unión del vestuario y la ilusión por cumplir un sueño, jugar la fase de ascenso a Segunda B, hizo que los hombres de Dani Mori no arrojaran la toalla y que, finalmente, acabasen en la tercera posición con 77 puntos, 24 victorias, cinco empates y nueve derrotas, por detrás del Mallorca B y del campeón, el Atlètic Balears. Luego, vino lo mejor. En la primera eliminatoria por el ascenso dejó en la cuneta al Mutilvera (2-0 en la ida, con dos goles de Tino, y 1-1 en la vuelta) y en la segunda, al Don Benito (1-0 en la ida, con una diana de Villodre, y 0-0 en la vuelta). Ahí concluyó la etapa de la Peña en Tercera División. Ahora, le espera la categoría de bronce.
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