La VIII edición de la Vuelta Ciclista a Ibiza en mountain bike concluyó ayer con una tercera y última etapa marcada por el mal tiempo. Sin embargo, la lluvia y el viento no impidieron la presencia de hasta unos 250 corredores en la línea de salida.

La salida neutralizada ha sido a las 9:00 desde Sant Antoni, hasta Sant Josep de Sa Talaia, donde se ha realizado la salida oficial de la prueba a las 10:00. El hecho de que durante toda la noche y por la mañana estuviera cayendo una fuerte tromba de agua desanimó a muchos ciclistas a tomar la salida. Pero, a pesar de todo, unos 250 ciclistas, con una importante representación femenina, tomaron la salida de Sant Antoni bajo la lluvia.

El arranque de la tercera etapa comenzaba con una constante y suave subida hacia Sa Talaia que sirvió para que los competidores entraran en calor, puesto que, a parte de la lluvia, las temperaturas habían descendido notablemente. Por suerte, el tiempo mejoró con el transcurso de la prueba y cesó la lluvia, aunque a partir de entonces fue el viento el que acompañó a los ciclistas hasta el final de la etapa.

La impresionante bajada de Ses Roques Blanques con las espectaculares vistas de Es Vedrà ha conducido a los ciclistas a la Cala Molí, desde donde se bordea la costa pasando por Cala Figuera Gorda hasta el avituallamiento que se encontraba en Cala Bassa. Desde este punto, ya casi todo por carretera, se llegó a la meta en Sant Antoni.