Casillas, Pepe, Robinho y Marcelo celebran el tercer tanto madridista.

Real Madrid 3 Lazio 1 REAL MADRID: Casillas, Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro, Marcelo, Diarra, Baptista, Sneider, Robinho, Raúl y Van Nistelrooy.
Cambios: Robben por Robinho, Guti por Sneijder e Higuaín por Van Nistelrooy.
LAZIO: Ballota, Scaloni, Siviglia, Cribari, Zauri, Ledesma, Mudingayi, Mutarelli, Meghni, Rocchi y Pandev.
Cambios : Baronio por Ledesma, Manfredini por Meghni y Makinwa por Pandew.
Àrbitro: Massimo Busacca.
Goles:
1-0, minuto 13, Baptista.
2-0, minuto 15, Raúl.
3-0, minuto 36, Robinho.
3-1, minuto 80, Pandev.
Europa Press|MADRID
El Real Madrid cumplió, sin dramatismos, ante el Lazio y resolvió cómodamente su clasificación para octavos de final de la Liga de Campeones como primero de grupo, premisa esencial para Bern Schuster, en un partido al que le arrebató la emoción al cuarto de hora con dos dianas consecutivas de Baptista y Raúl, y que cerró con una parada de Casillas a un lanzamiento de penalti del cuadro italiano.

El desequilibrio teórico entre ambos equipos fue palpable en un resultado holgado de los madridistas, quizá en su noche más redonda en el Bernabéu porque ni siquiera asustó a su afición con su habitual endeblez defensiva.

Sí es cierto que el Lazio pudo haber variado el rumbo de la que finalmente fue una comedia blanca de haber aprovechado Meghi un balón dentro del área a los nueve minutos.

El Lazio mandó al limbo su única bala, y el Real Madrid no lo haría. Afinó Raúl su particular mira europea con un remate al palo a los diez minutos, pero fue Baptista, de nuevo en el once como premio a su sacrificada labor, quien desperezó el marcador con un endiablado disparo desde la frontal.

El estruendo que generó el tanto del brasileño en el Estadio tuvo continuidad sólo tres minutos después.
Raúl, ahora sí, cumplía fielmente con su gol europeo -también le marcó al Werder y al Olympiacos-. El «siete» finiquitaba el partido y disponía a su equipo y afición a vivir una noche más placentera de lo previsto por las urgencias que el propio Real Madrid se había creado con su irregular campaña europea a domicilio.

El marcador reflejaba entonces más goles que juego. El equipo de Schuster, que «abandonó» a Guti al banquillo, sigue sin ser redondo porque le falta continuidad.

Sneijder aparecía de manera intermitente y no era capaz de que el juego girara entorno a su figura. Pero el equipo de Chamartín ocupa bien los espacios, aunque Marcelo en ocasiones se desprenda en exceso y abra un hueco enorme para los rivales en el flanco izquierdo.

Ese Real Madrid de toda la temporada, convencido y con espíritu ganador, era suficiente para lidiar con un Lazio pequeño, acurrucado y sin argumentos para voltear el escenario y forzar una situación límite en el Bernabéu.