Kaká ya es de oro

La revolución de los jóvenes, de una generación ascendente que está tomando el poder del fútbol mundial, quedó plasmada en uno de los Balones de Oro más jóvenes de la historia respaldado por dos veinteañeros que se asemejan más a adolescentes que a hombres. Con 444 puntos, Kaká se convirtió en el noveno jugador con más sufragios de media en la historia del premio, que por primera vez se abrió a futbolistas de todos los países, un pasó que dejó añejo el eurocentrismo del galardón.

Cristiano Ronaldo recolectó 277 votos de entre los 96 periodistas que conforman el jurado ampliado y superó por 22 a Messi, uno de los más precoces podios del Balón de Oro. El milanista cimentó su triunfo en la Liga de Campeones, el trofeo que ayudó a ganar al Milán con diez tantos, lo que le convirtieron en el mejor artillero de la competición.

Su elegante porte, su humilde actitud dentro y fuera del campo, su extrema religiosidad y su sonrisa brillante iluminaron la entrega del trofeo que tuvo lugar en la televisión francesa «TF1», donde Kaká acudió acompañado de sus padres, su esposa y su hermano Digao, además de la plana mayor del Milan encabezada por Adriano Galliani que se apresuró en declarar al centrocampista «intransferible».

Si antes de ser Balón de Oro ya era una de las tentaciones de toda Europa, adornado con el prestigioso trofeo Kaká ve aumentar su cota mundial, pese a que no para de repetir que le gustaría seguir de rossonero. «Siempre he dicho que quiero seguir muchos años en el Milan, comienzo a ser un líder del vestuario y llegar a capitán es una motivación suplementaria», afirmó un Kaká que, prudente, asegura que su destino, como el de cualquiera, «sólo Dios lo conoce».

El primer Balón de Oro global se quedó en Brasil, que ha ganado cinco de los diez últimos trofeos y que parece el más beneficiado de la apertura progresiva del trofeo.