Los partidos Inter Milán-Lazio, Atalanta-AC Milan y AS Roma-Cagliari fueron suspendidos ayer domingo debido a la muerte de un hincha del Lazio por la intervención de un policía en una pelea de tifosi en un área de descanso de la autopista cercana a Arezzo, en Toscana.
Tras conocer la noticia, la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) decidió el aplazamiento del Inter-Lazio, mientras que el choque de Bérgamo tuvo que ser detenido en el minuto 7 por el comportamiento de los aficionados, que provocaron incidentes en el estadio como protesta por la muerte del seguidor.
El partido AS Roma-Cagliari, que debía comenzar a las 19'40 horas en la capital, y que cerraba la jornada, también fue suspendido por decisión del prefecto de la ciudad. En total, se disputaron siete de los diez partidos correspondientes a la jornada de liga.
La violencia vuelve a convulsionar el Calcio apenas unos meses después de que en febrero muriese un agente de policía en Sicilia, lo que obligó al Gobierno a reforzar las medidas de seguridad dentro de los recintos deportivos del país.
Los responsables policiales de Arezzo reconocieron en declaraciones a la prensa que un policía era el responsable de la muerte de Gabriele Sandri, un joven romano de 26 años hincha del Lazio.
«Se trata de un trágico error», aseguró el prefecto de Arezzo, Vincenzo Giacobbe, que explicó que «uno de nuestros agentes lanzó dos disparos al aire como aviso. En ese momento, el coche con cinco jóvenes que se dirigían a Milán para el partido del Lazio arrancó y fue alcanzado por una bala, que se alojó en el cuello de Sandri. Fue un trágico error».
La noticia de la muerte del hincha del Lazio y el anuncio de que había muerto tras una intervención policial provocó el enfado entre los tifosi. Unos 200 aficionados atacaron una comisaría de Roma cerca del Estadio Olímpico romano como protesta.
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