Efe|SEVILLA
El Real Mallorca rompió una racha de cinco partidos perdidos -cuatro de Liga y uno de Copa- y respira en la zona baja de la clasificación, gracias a su victoria frente al peor Sevilla de la temporada, que además cedió sus primeros puntos como local en lo que va de campaña.

Los sevillistas, que llevaban un pleno de ocho triunfos ligueros en el Sánchez Pizjuán y que tenían una gran oportunidad de consolidarse con ventaja como líder de la clasificación, se encontraron con un rival que le amargó la tarde desde el pitido inicial hasta la conclusión del choque.

El técnico Gregorio Manzano reconoció en las previas que su equipo no podía jugarle «hoy por hoy de tú a tú» al Sevilla, pero el conjunto balear amargó mucho las evoluciones de los locales, que se vieron presionados en el centro del campo.

El equipo visitante fue el que apretó en ataque, el que hizo trabajar mucho a la defensa local y el que gozó pronto de oportunidades de abrir el marcador, mientras que los hombres que entrena Juande Ramos se tuvieron que conformar con salir a la contra cuando pudieron.

El argentino Maxi López, jugador más adelantado de los del técnico jiennense en el Sánchez Pizjuán, fue uno de los que metió el miedo en el cuerpo a los aficionados locales, pero poco después, en pleno dominio mallorquín, el árbitro señaló penalti por derribo del meta visitante Miguel Moyá a Jesús Navas.

La falta, muy protesta por los de Gregorio Manzano, la transformó en gol el delantero malí Frederic Kanouté, quien consiguió su decimoquinto tanto liguero en la presente temporada y se consolida como máximo artillero del campeonato.

El gol no cambió en nada el discurrir del partido, porque el Mallorca mantuvo su superioridad en el centro del campo y continuas aproximaciones sobre la meta de Andrés Palop, quien a la media hora evitó el empate con una gran parada tras remate del ex bético Fernando Varela.

Las habituales peligrosas bandas sevillistas no existieron en la primera parte y el uruguayo Ernesto Chevantón, hoy delantero centro ante la sanción del brasileño Luis Fabiano, tuvo pocas oportunidades de reivindicar un puesto de titular, por lo que lo mejor que sucedió para el equipo andaluz fue irse a los vestuarios al descanso sin que el adversario viera puerta.

En la segunda parte Juande dejó en el vestuario a Chevantón e intentó corregir con Pep Martí la desigualdad en el centro de campo, pero el Mallorca, que salió con el mismo ímpetu que en la primera, logró empatar pronto por mediación del portugués José de Aráujo «Nunes« en una mala salida de Palop.

El Sevilla, lejos de reaccionar, se mantuvo desdibujado y sin ninguna coordinación entre sus líneas ante un adversario que, lejos de conformarse con el empate, mantuvo su supremacía, hasta el punto que Maxi López, en un garrafal fallo de la defensa hispalense, puso el definitivo 1-2 en el marcador.