INTERNACIONAL: Clemer (**), Ceara (**), Indio (**), Rubens Cardoso (**), Fabiano Eller (**), Wellington Monteiro (*), Alex (*), Edinho (*), Fernandao (**), Iarley (*) y Alexandre Pato (**).
Cambios: Vargas (*) por Alex, Luiz Adriano (**) por Alexandre Pato y Adriano (**) por Fernandao.
BARCELONA: Víctor Valdés (*), Márquez (*), Puyol (*), Van Bronckhorst (*), Zambrotta (*), Deco (*), Iniesta (*), Motta (*), Ronaldinho (*), Giuly (*) y Gudjohnsen (*).
Cambios: Belletti (*) por Zambrotta, Xavi (*)por Motta y Ezquerro (-) por Gudjohnsen.
Àrbitro: Carlos Batres (GUA). Amonestó con tarjeta amarilla a Indio, Motta y Adriano.
Gol:
1-0, Minuto 82, Adriano.
Javier Villagarcía|YOKOHAMA
El Internacional de Porto Alegre destrozó los pronósticos y se proclamó campeón del Mundial de Clubes tras superar a un Fútbol Club Barcelona que careció de pegada y echó de menos la magia de Ronaldinho.
Catorce años después de que el «Dream Team» de Johan Cruyff dejara escapar la Copa Intercontinental al verse sorprendido por el Sao Paulo de Rai, la historia se ha vuelto a repetir.
Ya había avisado Frank Rijkaard, desde que el equipo desembarcó en Japón, del peligro de las finales a un partido y sus malos presagios se hicieron realidad. Un gol de Adriano en un fulgurante contraataque en los últimos minutos decidió la final.
El Inter se presentó como víctima, pero acabó saliendo por la puerta grande del Estadio Internacional de Yokohama, tras retener para Sudamérica el cetro mundial del fútbol de clubes. El Barcelona repitió la alineación que desplegó en su semifinal del pasado jueves y que tan buen resultado le dio ante América de México (4-0). Abel Braga tampoco movió sus fichas y puso en la cancha el once inicial de la victoria frente al Al Ahly egipcio (2-1). Sin sorpresas en las alineaciones, el partido comenzó muy equilibrado. Los dos equipos se repartieron el control del balón, y a una jugada de peligro del campeón de Europa le sucedía otra del coloso sudamericano.
En el primer cuarto de hora de juego el Barça convirtió la banda derecha en una autopista para Zambrotta y Giuly, pero sus continuos centros no llegaron a conectar con Ronaldinho y Gudjohnsen, bien vigilados por la ordenada zaga brasileña. El Inter, por su parte, trató de buscar con balones largos a su joven delantero, Alexandro «Pato», pero éste tenía en frente a un muro llamado Carles Puyol.
La primera ocasión clara para el Barcelona llegó en el minuto 18 al repeler el portero del conjunto «colorado« sendos disparos seguidos de Giovanni van Bronckhorst y Ronaldinho. Poco después, se reclamaron dos penaltis en el área del Inter, tras una entrada por detrás de Ceara a Gudjohnsen y después de que Ronaldinho, que comenzó entonces a hacer diabluras, fuera derribado por Indio.
Sin fortuna
El partido se estiró y comenzaron a llegarle balones claros a Gudhonhsen, pero el islandés no tuvo su día. Ronaldinho también parecía tener el punto de mira desviado. El «Gaucho», que se enfrentaba a uno de los equipos de su ciudad natal, dispuso de un lanzamiento de falta al borde del área de los que no suele fallar. A falta de diez minutos para el descanso Ronaldinho hizo que estadio cantara gol con un disparo lejano y raso que, sin embargo, se marchó fuera pegado a la cepa del poste.
El encuentro entró al comienzo del segundo tiempo en una fase de juego espeso, sin ideas, sin desbordes. El árbitro dio la sensación de colocarse en el lado sudamericano al hacer de nuevo la vista gorda, esta vez en un claro derribo a Gudjonhsen al borde del área.
Transcurridos quince minutos, Rijkaard decidió afinar la línea de creación de su orquesta e introdujo a Xavi por Motta. El técnico del Inter juzgó entonces que necesitaba renovar la pólvora de sus delanteros y cambió a Alexandro «Pato» de 17 años, por otra joven promesa, Luiz Adriano, de 19. Mientras que Xavi le dio otro aire al Barcelona.
Cuando parecía que el encuentro se volcaba del lado azulgrana, el Inter, hasta entonces desaparecido, armó un contraataque que resultó letal.
Corría el minuto 82, Rubens Cardoso aguantó el balón y logró superar a Puyol, el último hombre del Barcelona. A su lado vio a Adriano que entraba como un rayo y éste recogió el balón dentro del área y lo cruzó sin que Valdés nada pudiera hacer. El centrocampista, sustituto de Fernandao, destrozó los sueños del Barcelona, en su segundo asalto al título mundial.
Poco después, Ronaldinho pudo haberse erigido en salvador del Barça al ejecutar una falta pegada a la frontal del área, pero este no fue el día de la estrella brasileña, y su disparo se marchó fuera rozando el palo. El Barcelona veía como el Mundial de Clubes se escapaba por segunda vez.
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