Carlos de Torres|MÀLAGA
El español Carlos Sastre fue el encargado de quitar el precinto al primer maillot oro de la Vuelta a España merced al triunfo de su equipo, el CSC danés, en la contrarreloj inaugural de la 61 edición que se disputó en Málaga con un recorrido de 7,3 kilómetros totalmente llano y sin dificultad técnica. El ciclista madrileño tuvo tal honor al ser el primero de la formación en cruzar la meta, cumpliendo los pronósticos de bloque sólido y experimentado, lo que le permitió, por primera vez en su carrera ponerse un jersey de líder en una gran vuelta. El CSC marcó un tiempo de 7.36 minutos, a una media de 57,361 kms/hora. El Illes Balears se conformó con la segunda plaza cuando ya tenía a Chente García Acosta preparado para subir al podio como primer líder. El grupo de Unzue pasó a 7 segundos del ganador, y el Milram de Petacchi y Erik Zabel fue tercero a 8. Sastre, un fondista del pedal de 31 años, tercero en el Tour tras el positivo de Floyd Landis en un control de dopaje y segundo en la Vuelta 2005, encontró un premio a su trayectoria, marcada por un carácter de gran escalador, inagotable al servicio de su equipo. No en vano trabajó en el Giro al servicio de Ivan Basso, luego destacó en el Tour y ahora en la Vuelta conoce por primera vez desde su debut profesional en 1997 la miel del éxito con la prenda dorada.

Tuvo lógica la victoria del CSC. En sus filas hay auténticos especialistas en las cronometradas, con dos campeones nacionales: el suizo Fabian Cancellara y el noruego Kurt Asle Arvesen. Ellos fueron las «motos» que llevaron la voz cantante con gran respuesta de todo el colectivo, donde corren ciclistas de 7 nacionalidades diferentes. El ciclista madrileño afincado en El Barraco, que integra la lista de favoritos, logró uno de los éxitos grandes de su palmarés. En 2003 alcanzó la gloria en el Tour ganando la etapa de Bonascre, el día que cruzó la meta con un chupete, anécdota que les gusta mucho referir a los franceses.

«Esto es un sueño hecho realidad y estoy feliz. Las «motos» de mi equipo me han permitido esto y se lo agradezco. Sería una locura luchar por el liderato y habrá que esperar a la primera etapa de montaña para establecer las primeras diferencias», dijo Sastre, un corredor que no quiere ni oír hablar de las circunstancias del último Tour. En una contrarreloj que inauguraba de forma inédita la Vuelta, y disputada a una hora de claro atardecer en la capital de la Costa del Sol, las diferencias fueron mínimas. Los favoritos no sufrieron merma alguna, aunque se esperaba más del Rabobank del ruso Denis Menchov, que cedió 18 segundos. El Astana se dejó 11, el Saunier Duval 13, el Euskaltel 18 y el Relax, que salió el primero, llegó el último, a 37 del ganador.