Rodrigo, una de las últimas incorporaciones de la Peña, trata de controlar el balón ante un rival.

La Peña Deportiva, como suele decirse en estos casos, tenía que ganar al colista por lo civil o por lo penal. No valía otro resultado que no fuera la victoria. Por eso, en el minuto 57, daba igual que un rival estuviera en el suelo dolíendose de una entrada y que los jugadores del Sóller reclamaran a los ibicencos que echaran el balón fuera. Ibrahim siguió la jugada y su centro al área fue aprovechado por Tino para lograr el 1-0, el gol que daba la tranquilidad a la Peña, que no las tenía todas consigo ante el farolillo rojo y que por un momento pensó que se podía repetir una sorpresa como la protagonizada por el rival la semana pasada ante el Eivissa. Quizá era una acción antideportiva, pero el gol valía su peso en oro cuando el partido parecía más atascado.

Y es que el encuentro empezó con malas sensanciones. El viento hacía díficil controlar el balón y el rival no parecía tan malo como indica su clasificación. Precisamente, la primera oportunidad clara de gol fue suya. Roberto, en el minuto 15, falló en un despeje fuera del área y dejó el balón en bandeja a Nebot que, sin embargo, desaprovechó el regalo y disparó lejos de la portería local. El resto de ocasiones de la primera parte fueron para los ibicencos. Salazar, en dos ocasiones, Manolo Rueda, en un lanzamiento de falta, y Vallori, de cabeza, rondaron el gol, aunque no pudieron batir a Canet, sin duda el mejor del conjunto visitante.

En la segunda parte llegó la jugada clave del partido, la que decantó el encuentro a favor del equipo de Paco Marín. El lateral derecho del Sóller Cañellas se dolía de una acción en el suelo y sus compañeros esperaban que la Peña echase el balón fuera. Todo lo contrario. Ibrahim se marchó como una bala por la banda y su centro al área, al que no llegó en primera instancia Rodrigo, fue rematado al fondo de la red por Tino tras un primer remate fallido. Diez minutos después, el Sóller volvió a demostrar que no hay rival pequeño y Nebot estrelló el balón en el poste derecho de la portería local. Fue el último coletazo del conjunto mallorquín que, a partir de entonces, bastante hizo con defender su portería. La Peña, en los últimos minutos, se fue a por el segundo gol, algo que consiguió Vallori a falta de tres minutos para el final. El central ya había avisado en dos ocasiones, en dos remates de cabeza que Canet despejó a córner con muchos apuros, pero fue a la tercera cuando logró el premio del gol. Se ponía así punto y final a un encuentro que no había sido vistoso, pero en el que lo importante, los tres puntos, se quedaron en casa.