-Ahora mismo nos quedan trece partidos y tenemos 27 puntos.
Estamos lejos de los puestos de descenso, y eso que el primer año
es muy difícil mantener una categoría. Eso hay que valorarlo.
-¿Se está cumpliendo entonces vuestro
objetivo?
-Yo sabía que el equipo estaría en mitad de la tabla y que si las
cosas salían bien podríamos estar entre los cuatro primeros.
Estamos a cinco puntos del cuarto, cosa que creo que no está mal.
Si no hubieran pasado tantas cosas sin duda estaríamos aún más
arriba.
-¿A qué cosas te refieres?
-Sobre todo a la parte financiera. Siempre tienes dependencia de
ayudas y subvenciones para reforzar la plantilla, pero son muchos
los pagos a los que hay que atender, y los jugadores que traes
vienen también a trabajar. Eso da frescura, pero no como para dar
un salto importante.
-¿Crees que se os ha metido presión desde los medios?
-Puede ser, pero yo desde el comienzo había dicho que estar en
Formentera es complicado. No se puede pensar que por fichar gente
de fuera hay que estar peleando por ascender. Hay que ser cauto. Si
se trae gente de fuera no es para que el equipo suba sino porque
aquí es difícil encontrar gente que juegue al fútbol sala. Ojalá
pudiera tener gente de aquí y llevar eso de una manera más
tranquila.
-Una de las cosas que más te preocupaba ultimamente era salir de
esa inercia perdedora en la que os habíais metido. Por fin lo
habéis conseguido.
-Sí. Ahora tenemos 27 puntos y la salvación matemática está en
33. Pero más importante que ganar el pasado sábado fue arrancar y
montar el equipo. Hay que tener en cuenta que es un equipo muy
joven. Excepto Sabá y Rogelio todos tienen una de 22 años para
abajo. Afortunadamente ellos dos aguantaron el tirón de trabajar y
jugar al mismo tiempo y los demás se han adaptado. Ahora tenemos
que dar minutos y ver quién tiene proyección para formar el equipo
el año que viene.
-Trabajar y jugar al mismo tiempo. Tiene que ser difícil
mantener la concentración en el fútbol sala así, ¿no?
-Sí, pero gracias a eso hay equipo. Cuando se ficha a alguien se
le ofrece un trabajo en la construcción del que cobra por horas
además de la vivienda. El que más cobra del fútbol recibe 300
euros. La comida también es gratis. Y aquí quiero destacar la
importancia del Bar Estrella, donde comemos siempre. Trabajar, ir a
casa a cocinar y después entrenar sería muy difícil. Es clave.
-Jugar sin público también tiene que ser complicado...
--No hace falta ir muy lejos. Vi el partido del Gasifred por
televisión y sin el apoyo del público no se podría entender una
remontada como la que hicieron. Quien crea que el público no es
parte importante de un deporte y que sólo son cinco contra cinco se
está engañando. Es muy difícil motivarse sin tener crítica en la
calle porque todo se queda dentro del equipo.
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