CIFEC HC EIVISSA: López, Miguel López (7), Diego Polanco (4), Prohías (2), Hugo Suárez (6), Guillermo Vallmitjana (2) y Vicent Bufí (1) -equipo inicial- También jugaron Noel Cardona (3), Fran Rubio (1), Carlos Roig, José Joaquín (2) y Patricio.

C. MARISTAS: C. Boned, D. Losada (1), Juan Basmalis (4), F. Esteban (2), Antonio Sánchez (8), Javier López (7) y Javier Farreres (1) -equipo inicial- También jugaron Sergio Navalpotro, Diego Miravet, David Eladio (3), J. Sebastián y Carlos Sánchez (ps).

Parciales: 1-1 (5'), 5-4 (10'), 7-7 (15'), 10-7 (20'), 10-10 (25'), 12-13 (30'), 14-14 (35'), 17-17 (40'), 20-19 (45'), 22-22 (50'), 25-22 (55') y 28-26 (60').

Àrbitros: Rafael Calafell y Rafael Oviedo. Expulsaron con roja directa a Prohías (41') y Esteban (58'). Exclusiones a los locales Fran Rubio, Hugo Súarez y Noel Cardona y a los visitantes Farreres, Navalpotro, Eladio, Basmalis y Esteban.

Incidencias: Es Pratet. Unos 300 espectadores.

Carlos Vidal
El CIFEC HC Eivissa sigue imparable en su casa. El conjunto que entrena Fernando Pastor se deshizo, con más apuros de los previstos, eso sí, del Coteyma Maristas, colista de la categoría, y muestra un currículum inmaculado en su pista: cuatro partidos y cuatro victorias. El triunfo de ayer tiene más mérito teniendo en cuenta todas las complicaciones que tuvieron que superar los ibicencos. Pastor dejó fuera de la convocatoria «por decisión técnica y personal» a Santi Maillo y Mateo Navarro, dos de sus mejores jugadores. Guillermo Vallmitjana y Miguel López tuvieron que abandonar la pista lesionados, uno con la nariz rota en el minuto 10, por lo que deberá ser intervenido y podría estar un par de meses de baja, y el otro con una luxación de hombro en el 58, el segundo. Además, Prohías fue expulsado en el 41. Demasiados problemas juntos.

Sin embargo, el CIFEC Eivissa supo sobreponerse a todos estos problemas y rompió la igualdad que había caracterizado casi todo el encuentro en los minutos finales, los decisivos. Hugo Suárez se echó a la espalda el peso ofensivo del equipo y los ibicencos terminaron por hacerse con una victoria tan merecida como agónica.