Adrián R.Huber|ESTAMBUL
El español Fernando Alonso demostró a bordo de su Renault R25 que su liderato al frente del Mundial de Fórmula es sólido y que puede aguantar el ataque del finlandés Kimi Raikkonen (McLaren Mercedes), que saldrá desde la «pole» en el Gran Premio de Turquía.

Raikkonen arrancará el primero en la decimocuarta prueba del Mundial más largo de la historia, que se disputará hoy en el recién estrenado circuito de Estambul, en el que el piloto asturiano iniciará, desde la tercera posición, la defensa de los 26 puntos que le lleva al finlandés, en la primera de las seis carreras que quedan para que finalice el campeonato.

Kimi cubrió los 5.430 metros de la recién estrenada pista turca -diseñada por el alemán Hermann Tilke, con muchas variantes y bastante ondulada-, a la que está previsto que se den 58 vueltas -en sentido inverso al del de las agujas del reloj-, en un tiempo de un minuto, 26 segundos y 797 milésimas, que le valió la octava «pole» de su carrera y la quinta de esta temporada.

El finlandés saldrá desde la primera fila junto a Giancarlo Fisichella, el compañero de Alonso, que podría, en un momento determinado, servirle de ayuda, aunque al lado del asturiano -que sale desde el lado limpio- arrancará, desde la segunda hilera, el colombiano Juan Pablo Montoya, compañero de Kimi en McLaren. A pesar de ser una pista inédita, el guión del Mundial sigue siendo el mismo. La lucha por el título de pilotos entre Raikkonen y Alonso, de momento con clara ventaja para el segundo, se mantiene también en la pugna por el Mundial de constructores, entre Renault y McLaren, en la que la escudería que dirige el italiano Flavio Briatore lidera con doce puntos sobre la de Ron Dennis.

En las dos sesiones de la mañana de ayer, sólo el inglés Jenson Button (BAR Honda) -segundo en ambas-, que la acabó pifiando en la calificación cuando rodaba en tiempo de «pole», se incrustó entre ambos bandos hegemónicos. McLaren rodó más deprisa, pero Renault se mostró consistente. Y sobre todo, competitivo, como destacó Alonso, que se marchó contento del nuevo circuito, después de haber tenido que salir décimo en una crono en la que firmó un tercero que confirma la solidez de un liderato que le puede convertir este mismo año en el más joven de la historia en ganar un Mundial de Fórmula Uno. A los 24 años.

El sábado se mejoraron los tiempos del viernes. Alonso dio trece vueltas en la primera sesión, que dominó Raikkonen, y ocho más en la segunda, en la que el más rápido fue Montoya (1:26.857); y acabó tercero en ambas, con un mejor tiempo de 1:26.627.

La crono, en la que la suciedad de una pista que se va limpiando a medida que se circula pudo haber influido en un par de décimas en el tiempo de Fernando. Con más combustible, Alonso giró en la vuelta más importante del día en un tiempo de un minuto, 27 segundos y cincuenta milésimas, a once de «Fisico» que, a pesar de que las órdenes de equipo están prohibidas, admitió que, si puede, le echará una mano a su jefe de filas.

El de Oviedo -undécimo en Hungría- le sacó 302 milésimas a Montoya -que en la crono repitió el cuarto puesto de la primera sesión libre- y se quedó a 253 del tiempo de Kimi. La calificación estuvo marcada por numerosos incidentes, como el citado de Button, que se pasó en la fatídica curva ocho -la más difícil, según todos los interesados- y repitió fallo en la diez (hay catorce: seis a la derecha y ocho a la izquierda), por lo que en un principio iba a salir desde la séptima fila junto a su compañero Takuma Sato.

Sin embargo, el nipón, que también erró en la octava curva, y que más tarde fue rebasado por el australiano Mark Webber (Williams) cuando éste daba su vuelta rápida y aquél efectuaba su giro de entrada en boxes, sufrió por ese motivo una sanción de la FIA, que anuló su tiempo y le envió al fondo de la parrilla.

Incluso Michael Schumacher (Ferrari), el hombre-récord de la F-1, con siete títulos, también sufrió de nuevo en una pista que se le lleva atragantando todo el fin de semana. Se pasó en la curva diez y no marcó tiempo, por lo que en un principio iba a salir desde la penúltima fila junto a otro campeón mundial, Jacques Villeneuve. De la que le rescató con una nueva excentricidad de Takuma, que afirmó que un fallo en la transmisión radiofónica le impidió saber que Webber ya estaba rodando rápido.