Sin la presencia del marroquí Hicham El Guerrouj y el francés
Mehdi Baala, los dos primeros en el Mundial de 2003, las opciones
de medalla estaban abiertas para los españoles, sobre los que había
depositadas importantes esperanzas, incluso para firmar un doblete
que hubiera sido histórico. Sin embargo, la historia fue bien
diferente. En función de la lógica, las ilusiones en el atletismo
no son suficiente para impulsarse sobre el tartán y aunque los
españoles lo intentaron, dejaron la impresión de ser inferiores a
los tres primeros, Ramzi, el marroquí Adil Kaouch, plata, y el
portugués Rui Costa, bronce, como en los Juegos de Atenas. Reyes
Estevez, con dos bronces mundialistas -Atenas 1997 y Sevilla 1999-,
era el más experimentado y parecía haberse desgastado lo mínimo en
las series.
Juan Carlos Higuero, en su segundo Mundial, era una incógnita y
las luces apuntaban a Arturo Casado, el jovencísimo campeón de
España y que había levantado gran expectación. Sin embargo, no hubo
proeza. Lejos de los atletas de cabeza, Casado terminó quinto,
yendo de menos a más y con relativa sensación de que los años le
darán el impulso necesario para recoger el testigo de José Luis
González, Cacho o el propio Estevez. En el tramo final, Higuero
alcanzó la sexta plaza, de finalista, mientras que el atleta de
Cornellá se dejó ir en la última recta para entrar penúltimo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.