Javier García-Ochoa|MELBOURNE El italiano Giancarlo Fisichella (Renault R25) consiguió la victoria en el Gran Premio de Australia de Fórmula Uno, primera prueba del mundial, en la que su compañero de equipo Fernando Alonso se ha llevado los elogios por una carrera que le ha llevado desde la decimotercera posición a la tercera y dar la vuelta rápida en carrera, lo que refleja la progresión del piloto asturiano. Si Fisichella tenía fácil conseguir la victoria al partir desde el primer puesto de la formación de salida y su teórico primer enemigo encontrarse en la novena, el colombiano Juan Pablo Montoya (McLaren Mercedes), Alonso lo hacía desde la decimotercera, en la primera carrera con la nueva reglamentación, en la que había que conservar el motor y los neumáticos. Alonso conservó el motor y los neumáticos hasta la línea de meta, pero fue el único en atacar desde que se apagaron los semáforos, hasta cruzar la línea de meta. En la primera curva se llegó a emparejar con el brasileño Rubens Barrichello (Ferrari), que al final sería segundo, pero no logró pasarlo y lo que fue peor, aunque ganó tres puestos en la salida, es que se quedó tras el canadiense Jacques Villeneuve (Sauber-Petronas), su compañero de equipo el pasado año en las tres últimas carreras, que había retrocedido de la cuarta posición a la novena de manera sorprendente.



El duelo con Villeneuve ha sido grande, le pasó en la sexta vuelta, pero el canadiense le devolvió la jugada en la curva siguiente. Alonso en un par de ocasiones pisó la hierba que bordea la pista y una pieza alargada del coche voló por los aires, pero afortunadamente no influyó en el comportamiento del monoplaza. Hasta la vuelta diecisiete no logró el piloto de Renault superar a Villeneuve, en ese momento contaba casi medio minuto de desventaja sobre sobre la cabeza de la carrera, pero a partir de ese momento comenzó a encadenar vuelta rápida con vuelta rápida y fue de los últimos, junto con Barrichello, en parar a repostar por primera vez.

Caza
Superó a su ex compañero en Renault el italiano Jarno Trulli (Toyota) para situarse sexto y entonces comenzó la caza de Montoya para situarse a tan solo un par de segundos del colombiano, con la intención de poderlo pasar en la segunda y última parada para repostar.

Alonso, que era el hombre más rápido en pista, a Fisichella le bastaba con controlar a sus adversarios para encaminarse hacia la victoria, iba a alargar su parada al máximo y eso le permitió incluso liderar la carrera durante dos vueltas (43 y 44) justo antes de detenerse brevemente para permitir a sus mecánicos en poco mas de seis segundos introducir la gasolina para las doce vueltas que faltaban para la finalización de una prueba en la que la estrategia iba a resultar definitoria. El asturiano se incorporó a la pista en tercera posición justo en el momento que pasaba el Ferrari de Barrichello, pero no podría ya superar al brasileño y su esfuerzo se veía premiado con subir al podio como el pasado año, algo impensable al principio de la carrera y en las primeras vueltas tras Villeneuve.