LITUANIA: Karcemarskas; Stankevicius, Dziaukstas, Skerla, Skarbalius; Gedgaudas, Barasa, Vencevicius, Edgaras Cesnaukis; Jankauskas; Danilevicius.
Cambios: Radzinevicius por Danilevicius y Mikolilinas por Gedgaudas.
ESPAÑA:Iker Casillas; Salgado, Puyol, Marchena, Capdevila; Albelda, Baraja; Víctor, Xavi, Luque; Raúl.
Cambios: Tamudo por Víctor, Torres por Capdevila y Reyes por Baraja.
Arbitro: Eric Poulat (Francia). Amonestó a los lituanos Cesnauskis, Barasa y a los españoles Salgado, Albelda y Xavi.
Oscar González|VILNA (LITUANIA)
España no pudo más que lograr un gris empate sin goles ante Lituania, un rival menor que puso en evidencia la falta de confianza de la selección de Luis Aragonés, convertida en un equipo, que a la espera de tiempos mejores, se conforma con no perder. En un partido tan áspero como se esperaba, la selección española no sólo no supo sobreponerse a unas adversas condiciones, sino que nunca dio la sensación de poder imponer su jerarquía.
Comido por las precauciones, el equipo español ofreció una mala primera mitad. Fue un equipo triste, que dejó que creciera Lituania, un conjunto limitado que comenzó defendiendo con cierto orden su meta y que, antes del descanso, se había despojado de temores.
Plagó Aragonés la selección de seguros defensivos. Quiso tener el balón, con David Albelda, Rubén Baraja y Xavi, en el centro del campo, y envió a Raúl a luchar en solitario en el área contraria, pero, llegado el momento de la verdad, España no supo cómo rentabilizar el control del juego, cuando lo tuvo, y tampoco evitó que el rival crease las mejores ocasiones de gol.
Sin llegada, sólo la irrupción por la izquierda de Albert Luque aportó frescura a un equipo español que no inquietó la meta lituana y apenas disparó en una ocasión, alto, por medio de Baraja.
Sin más recursos que la pujanza del joven Edgaras Cesnauskis por la izquierda, donde ni Víctor Sánchez ni Míchel Salgado pudieron frenarle, Lituania tuvo un par de grandes oportunidades para ponerse en ventajas.
Carles Puyol, bajo palos, desbarató la primera a la media hora de juego, cuando Cesnauskis se plantó en el área, superó a Iker Casillas y sólo la buena colocación del central barcelonista evitó el gol.
Trece minutos después, fue Casillas quien supo reaccionar a un disparo a la media vuelta del defensa Marius Stankevicius, que aprovechó un error de Luque al intentar despejar un saque de esquina.
Pese a que el arranque del segundo tiempo ofreció a Luque la oportunidad de disparar, sin acierto, en cuatro ocasiones consecutivas, la selección española no llegó a tener el control y el partido quedó convertido en un juego de azar.
Lituania mantuvo la esperanza de marcar, pese a que atacó como defendió, con más voluntad que técnica, y España siguió confiada en imponer, en alguna acción, la gran diferencia de calidad que le separaba del rival.
España viró entonces su rumbo. Aragonés fue enviando progresivamente al campo a todo su arsenal. Primero Raúl Tamudo, después José Antonio Reyes y, por último, Fernando Torres. Pero España tampoco sacó nada productivo.
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