Tras vencer sin brillo a Venezuela (3-2) y empatar con Escocia
(1-1), en los dos amistosos previos, e igualar en Bosnia (1-1), en
el debut oficial de Luis Aragonés, la selección española ya no
tiene más margen de confianza. Porque ante Venezuela acababa de
llegar al cargo el nuevo técnico, el partido de Escocia estuvo
condicionado por la dureza del rival y el apagón eléctrico y la
igualada en Bosnia, en un campo donde nadie ha ganado en dos años,
no es un mal resultado para un arranque mundialista. Sin embargo,
contra Bélgica ya no hay excusas. Sólo vale el triunfo para atender
a la condición de favorito que le otorga el resto de los equipos
del grupo 7. Para ello, Aragonés alineará un conjunto remozado con
cinco variaciones respecto al que presentó, hace un mes, en Zenica.
Los cambios afectan a todas las líneas, con la entrada del central
Carlos Marchena y el lateral izquierdo Asier del Horno, en la zaga;
de Xavi Hernández y Joaquín, en el centro del campo; y de Fernando
Torres como compañero de Raúl González en el ataque.
Es un grupo de futuro, que si se consolida llegará en una edad
óptima al Mundial de Alemania, pero al que aún le falta competir,
según su técnico, que pone como ejemplo el empate cedido en Bosnia,
después de haberse adelantado en un campo complicado, en el que no
se supo manejar un resultado favorable. Bélgica no llega en mejor
momento. Los 'diablos rojos' tuvieron un comienzo similar al
empatar contra Lituania (1-1) un partido que tenían ganado. El
seleccionador Aimé Anthuenis se había propuesto rejuvenecer el
conjunto, pero esa igualada en casa le ha llevado a dar entrada a
jugadores con más experiencia.
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