En un grupo que reúne a los campeones y los subcampeones del
mundo -Serbia y Argentina-; a Italia, bronce europeo; y a Nueva
Zelanda, cuarta selección mundial, las perspectivas clasificatorias
del equipo asiático y de España dependen en gran medida de lo que
suceda entre ellas.
La selección de Mario Pesquera desconfía del conjunto amarillo por
el potencial que ha demostrado hasta ahora en la fase de
preparación y, desde luego, en sus últimas citas internacionales.
Trece oros y dos bronces asiáticos jalonan el historial del cuadro
dirigido por el estadounidense Dell Harris.
El mejor resultado olímpico de China es un octavo puesto
(Atlanta'96), pero Harris ya ha dicho que ve posible hacer historia
en Atenas.
El propio Yao Ming, el jugador más alto del torneo con sus 2'26
metros, ha prometido que si su selección no supera la primera fase
se dejará la barba durante seis meses «como castigo».
Ming es la obsesión del equipo español y de su técnico. Las
características del pívot de los Rockets dificultan el trabajo
defensivo a Roberto Dueñas, con menor capacidad en los movimientos
laterales. Por eso, el encargado de vigilar al gigante amarillo va
a ser Pau Gasol, que tendrá ayudas tácticas para llevar a cabo esa
importante misión.
Frenar a Ming significa anular casi a media selección asiática. Sin
embargo, China es más que Ming.
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