Efe|ATENAS
China, la inquietante campeona asiática del pívot de los Houston Rockets Yao Ming y el alero de los Toronto Raptors Batere Menke, comparte debut olímpico con España a partir de la una y media de la tarde de hoy en un encuentro de enorme trascendencia para ambos conjuntos.
Chinos y españoles entienden que el resultado de este choque definirá el escenario en el que habrán de moverse durante el resto de la primera fase.

En un grupo que reúne a los campeones y los subcampeones del mundo -Serbia y Argentina-; a Italia, bronce europeo; y a Nueva Zelanda, cuarta selección mundial, las perspectivas clasificatorias del equipo asiático y de España dependen en gran medida de lo que suceda entre ellas.
La selección de Mario Pesquera desconfía del conjunto amarillo por el potencial que ha demostrado hasta ahora en la fase de preparación y, desde luego, en sus últimas citas internacionales. Trece oros y dos bronces asiáticos jalonan el historial del cuadro dirigido por el estadounidense Dell Harris.
El mejor resultado olímpico de China es un octavo puesto (Atlanta'96), pero Harris ya ha dicho que ve posible hacer historia en Atenas.

El propio Yao Ming, el jugador más alto del torneo con sus 2'26 metros, ha prometido que si su selección no supera la primera fase se dejará la barba durante seis meses «como castigo».
Ming es la obsesión del equipo español y de su técnico. Las características del pívot de los Rockets dificultan el trabajo defensivo a Roberto Dueñas, con menor capacidad en los movimientos laterales. Por eso, el encargado de vigilar al gigante amarillo va a ser Pau Gasol, que tendrá ayudas tácticas para llevar a cabo esa importante misión.
Frenar a Ming significa anular casi a media selección asiática. Sin embargo, China es más que Ming.