Pozzato, de 22 años, tomó el testigo ganador del belga Boonen,
del suizo Cancellara y del líder, otros «niños» del pelotón, para
estrenar su palmarés en el Tour y apuntar la segunda etapa para su
equipo en la presente edición. Se impuso con claridad con un tiempo
de 4h.31.34 en la «victoria más bonita de la carrera
profesional».
Iker Flores (Euskaltel) y el campeón de España Francisco Mancebo
(Illes Balears) intentaron el despegue en la batalla desatada en
los últimos kilómetros. Lo lograron, pero al final se llevaron a un
mal compañero, pues Pozzato es un hombre muy rápido al esprint, por
lo que se quedaron con la miel en los labios. El ciclista de
Vicenza confirmó la revolución juvenil de la primera mitad del
Tour.
El pelotón, con el francés Laurent Brochard al frente entró con
todos los favoritos a 10 segundos, el francés Thomas Voeckler con
la garantía de conservar el liderato y los hombres fuertes de la
carrera sin cambios, a excepción de los 18 segundos que la recortó
Mancebo a Armstrong contando la bonificación de 8 segundos como
tercer clasificado.
El otro Tour
El australiano O'Grady mantuvo la segunda plaza de la general a
3.01 de Voeckler y el francés Casar la tercera a 4.06. Armstrong
sigue «líder del otro Tour» con 36 segundos de ventaja sobre
Hamilton, 43 respecto a Mancebo, que pasó del puesto 18, 55 por
delante de Ullrich y 1.45 y 5.58 respecto a Heras y Mayo
respectivamente.
Una jornada en la que no faltaron la escapada consentida de
rigor, ni caídas, aunque menos que jornadas precedentes, pero el
final tuvo otro guión diferente al previsto esprint masivo. Fue una
llegada en «petit comité» entre Pozzato, Flores y Mancebo. La
ausencia de Petacchi fue honrada con todo lujo por su joven
compañero de filas.
Los encargados de animar la jornada fueron el holandés Erik
Dekker, del Rabobank, y el belga Thierry Marichal, del Lotto. El
pelotón permitió su despegue en el km 55 y luego les dio cuartel
hasta el 174, cuando fueron absorbidos. De nada sirvieron los 8
minutos de ventaja que llegaron a almacenar, pues los equipos de
los esprinters tocaron la alarma a 50 kilómetros de meta y se
pusieron manos a la obra para derribar la aventura.
Con todo el mundo en el pelotón el CSC danés marcó un ritmo
brutal pasada la cota de Saint Aide que dividió el grupo en dos
partes, esta vez con todos los favoritos atentos en el primero de
ellos, pero originó un inesperado desgaste de fuerzas que acusaron
muchos.
Con poco más de 20 kilómetros por delante se sucedieron los
saltos. Lo intentó Chente García en un grupo de 4 con Petrov,
Cancellara y Piil, luego Flecha y Pradera. Pero el salto clave fue
el del italiano Bettini, quien terminó de desarmar el orden en el
pelotón. Se cargó cualquier táctica encaminada al esprint.
Por último, a 4 kilómetros de meta, se formó un grupo de 7 con
Mancebo Flores, Brochard, Scarponi, Hinault, Cancellara y Pozzato.
Sucesivos arranques dejaron la gestión de la victoria entre los
españoles y el corredor del Fassa. A falta de Bettini la juventud
lanzó otro grito de victoria.
La jornada vivió el abandono del suizo del Gerolsteiner Sven
Montgomery.
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