Luis Pérez, que recaló en el conjunto galo en el mes de abril
tras la desaparición del Coast alemán, se estrena como profesional
después de ocho años en la máxima categoría y haber acariciado la
victoria de etapa en la Vuelta en tres ocasiones.
Los 148 kilómetros, entre las localidades asturianas de Gijón y
Cangas de Onís, fueron recorridos por Pérez en 3 horas, 27 minutos
y 32 segundos; mismo tiempo que su compañero de fuga, el también
español Carlos Sastre.
El pelotón principal con Alejandro Valverde al frente llegaba a
15 segundos y Joaquín Rodríguez, quinto en la etapa, sustituye a su
compañero Igor González de Galdeano al frente de la clasificación
general, que no sufre cambios importantes en sus primeros puestos
alejándose Àngel Luis Casero y Aitor González, vencedores de la
misma en las dos últimas ediciones y que necesitaron más de minuto
y medio que el ganador para completar la jornada.
La etapa comenzó con bastante tensión tanto por parte de los
organizadores de la carrera como en el pelotón. En el caso de los
primeros por la espantada de los esprinters italianos Mario
Cipollini e Ivan Quaranta. Dos figuras para las llegadas masivas,
pero que por unos motivos o por otros hicieron la maleta y se
fueron para su Italia natal. Cipollini fue el centro de atención en
los prolegómenos de la carrera, pues sin su presencia los
organizadores de la carrera no querían admitir a su equipo, el
Domina Vancanze.
En la cuestión deportiva el comienzo de la carrera fue muy
rápido y prácticamente desde el banderazo de salida los intentos de
fuga fueron constantes hasta que, hacia el kilómetro seis, se
marchaban el español Díaz Lobato (Paternina) y el holandés Karsten
Kroon (Rabobank). Escapada que duró pocos kilómetros debido al buen
control del equipo ONCE Eroski del líder Igor González de Galdeano.
Lo que sí hizo esa fuga fue avivar el ritmo de la etapa y provocar
numerosos cortes, entre ellos el que llegaba en el kilómetro 26,
cuando se quedaban al frente del pelotón media docena de corredores
y poco después los españoles Zaballa y García Calvo y el
Pepoli.
Llegaron a tener hasta casi dos minutos de ventaja cuando se
llevaban 68 kilómetros, pero el buen hacer de Igor González de
Galdeano y sus compañeros de equipo echaron la fuga abajo poco
antes de llegarse a la primera dificultad importante montañosa de
la carrera, el alto del Fito, puntuable de primera categoría y cuya
cúspide se encontraba a 17 kilómetros de la línea de meta.
En las primeras rampas se produjeron numeros ataques que
sirvieron para dejar al frente de la carrera a los españoles Carlos
Sastre, Luis Pérez e Isidro Nozal y al italiano Michele Scarponi.
Esos dos últimos se quedaban a medida que se acercaba la cima, lo
mismo que le ocurría a Àngel Luis Casero y Aitor González, últimos
ganadores de la prueba. La carrera estaba rota y la emoción por
todo lo alto, pues tanto Pérez como Sastre lograban administrar su
ventaja en el peligroso descenso Del Fito; mientras que en el grupo
principal ocurría lo mismo, ya que los dos derrotados del día
Casero y Aitor no lograban enlazar con ese grupo en el que estaban,
entre otros, dos de los favoritos al podio final como son Igor
González de Galdeano y Óscar Sevilla. En el tramo final Luis Pérez,
por fin, hacía realidad su sueño de máxima categoría del ciclismo
profesional.
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