Medí Nafti intenta marcar a Etoo en una jugada ofensiva de ayer. Foto: TOMÁS MONSERRAT

3 MALLORCA: Leo Franco; Cortés, Niño, Lussenhoff, Poli; Novo (Biagini, min. 83), Marcos (Campano, min. 55), Ibagaza, Riera; Etoo y Pandiani («Turu» Flores, min. 75).
3 RACING DE SANTANDER: Lemmens; Corominas, Moratón, Pablo Casar, Neru, Matabuena (Ismael, min. 81), Nafti, Benayoun (Pineda, min. 52), Bodipo (Morán, min. 67) Regueiro y Javi Guerrero.

GOLES:
0-1, min. 1: Bodipo; 1-1, min. 2: Albert Riera; 1-2, min. 7: Javi Guerrero, de penalti; 1-3, min. 43: Bodipo; 2-3, min. 53: Etoo; 3-3, min. 80: Etoo.
ÀRBITRO: González Vázquez, del colegio gallego. Expulsó con tarjeta roja directa a Pablo Casar, del Racing, en el minuto 59. Amonestó a Niño, Marcos, Ibagaza y Pandiani, del Mallorca; a Moratón, Javi Guerrero y Nafti, del Racing.
INCIDENCIAS: Unos 17.000 espectadores en el estadio Son Moix. El propietario del Racing, Dimitri Piterman, saludó al final del partido a los aficionados cántabros que se habían desplazado a Palma para presenciar el partido.

Miquel Alzamora
El Mallorca jugó ayer un partido galáctico. Hubo fútbol, despropósitos, jugadas brillantes, goles, expulsiones y ritmo. Fue un encuentro jugado a mil revoluciones donde no valían ni pizarras, ni técnica ni nada, sólo correr, chutar y marcar.

El choque ante el Racing empezó histérico y acabó de los nervios. El arranque fue alocado y todo gracias a la premura en la que llegó el primer gol del Racing. Cuando no se había llegado al minuto de partido, Bodipo quiso probvar cómo reaccionaban los centrales si les ganaba la espalda.

El resultado para él no pudo ser mejor. Lussenhoff ni estaba ni se le esperaba y, ante una asistencia perfecta de Regueiro, sólo tuvo que batir como quiso a un Franco que incrédulo, se limitó a retirar el balón del fondo de su red. Sin embargo, la réplica del Mallorca no tardó ni dos minutos en llegar. Como no podía suceder de otra manera, en un partido alocado los goles hacen acto de presencia de forma rápida y Riera, el magistral Riera, aprovechó una asistencia de Pandiani para batir al meta Lemmens, (1-1). Pero abatido de fútbol loco que ponían en liza ambos equipos le faltaban todavía unos gramos de polémica. Esta no tardó en llegar. A los seis minutos Niño zancadillea a Guerrero dentro del área. Penalti y gol, (1-2).

De nuevo el Mallorca debía empezar de cero. Pero no siempre en un encuentro sin rumbo, el viento gira de tu parte, y eso que ayer el viento no había quien lo gobernara. Etoo, reñido con el gol desde hace tres meses, no acertó en un cabezazo magistral. La pelota salió fuera. El Mallorca no jugaba con un patrón determinado, más bien se dejaba llevar por el césped y no le hacía ascos a cualquier opción de matar a la contra.

El Racing además cometía un grave error, el de situar a demasiados hombres por delante del balón, circunstancia que en cualquier momento podía ser aprovechada por Ibagaza para meter una precisa asistencia. No es que el «Caño» no lo intentara, es que en partidos como el de ayer, los goles suelen llegar más por deméritos de las defensas que no por los méritos en acciones de construcción. Los de Piterman inquietaban a cuentagotas, pero cuando lo hacían daban un susto a más de uno. El choque empezó a dirimirse en la parte ancha y en una de esas, Bodipo vuelve a ganar posición de disparo y remata a la red, (1-3).

Era necesario parar un minuto y pensar en cómo se podía revertir esta situación. Las cosas empezaron igual que la primera mitad, es decir, revolucionadas. Pablo Casar cortó en falta una internada de Etoo y fue expulsado. Esto sucedió a los 43 minutos. Cinco después llegó el segundo del Mallorca. Etoo remató a bocajarro un balón muerto en el área pequeña. A partir de ahí mandó, y de qué manera, el Mallorca, que empezó a meter en su campo al rival. Otra vez Etoo volvió a batir a Lemens casi al final. (3-3).

Con el tiempo cumplido el propio Etoo tuvo el cuarto, pero entre la defensa y el portero desbarataron un gol cantado. Así se cerró un encuentro galáctico y que no dejó indiferente a nadie. Sin embargo, el punto sumado no sirvió para certificar la permanencia.