Alemania se clasificó este martes para la final del Mundial-2002
al vencer en Seúl a Corea del Sur por 1-0, gracias a un gol de
Michael Ballack, a quince minutos del final, lo que puso fin al
sueño de uno de los coorganizadores y a toda la controversia que se
había levantado alrededor del conjunto asiático por las supuestas
ayudas arbitrales que había recibido.
Ballack, que se perderá la final del 30 de junio en Yokohama al
recibir en este partido una tarjeta amarilla cuatro minutos antes
de marcar el gol, aprovechó un contragolpe conducido por su
compañero en el Bayer Leverkusen, Oliver Neuville por la derecha,
cuando más estaban apretando los surcoreanos. El centro de Neuville
fue rematado por Ballack con la derecha, pero su disparo fue
despejado con el pecho por el portero Lee Woon Jae, quedando de
nuevo el balón a los pies del centrocampista, que en la segunda
ocasión, esta vez con la izquierda, no perdonó.
Tuvo que ser el disciplinado conjunto alemán el que pusiera fin
a un sueño surcoreano que tenía mucho de irreal, tras haber dejado
en el camino a Portugal, Italia y España, en este último caso con
una gran dosis de errores arbitrales. Hasta el gol, Corea del Sur
se había mostrado muy organizada en defensa, esperando las
acometidas alemanas, que rara vez llevaban peligro.
Pero le pudo la ambición y verse fuerte. Incluso el
seleccionador holandés Guus Hiddink había dado entrada cuatro
minutos antes a Ahn Jung Hwang, su delantero estrella, que
arrastraba molestias en un tobillo. Corea del Sur se lanzó al
ataque y un minuto después de la entrada de Ahn llegaría una
ocasión de Song Chong Gug. Pero gracias a esa confianza, vendría el
tanto germano.
Alemania mostró su intención de ganar desde el minuto 2, cuando
las 65.000 gargantas que iban a animar a Corea del Sur todavía
estaban tomando asiento, y el central Carsten Ramelow lanzó un
disparo desde la derecha, que detuvo Lee Woon Jae. Pero pronto la
buena condición física de los coreanos se puso en evidencia con una
jugada rápida en la que Cha Du Ri, el hijo del legendario Cha Bum
Kun y sustituto el once inicial de Ahn, centró y el disparo de Lee
Chun Soo puso apuros a Oliver Kahn, que despejó con
dificultades.
En el minuto 17, Oliver Neuville tuvo la primera ocasión para
Alemania, pero su disparo lo detuvo Lee Woon Jae. A partir de esa
jugada, Alemania tomó la iniciativa y envió balones altos al área
para aprovechar la altura de sus delanteros Miroslav Klose (1'82 m)
y sobre todo Marco Bode (1'89 m). El espigado Bode tuvo dos buenas
oportunidades al final del primer tiempo. En el minuto 43 intentó
una tijera que no le salió dentro del área y en el descuento le
quedó un balón muerto cerca de portería a la salida de un córner,
pero el esférico le pegó en un costado y no pudo rematar. Bode,
delantero del Werder Bremen, de 32 años, tuvo otras dos
oportunidades consecutivas en el minuto 49.
En la primera, Klose centró desde la derecha y el veterano
atacante no llegó. En el corner siguiente, Bode cabeceó fuera por
poco. La nueva intentona alemana llegaría en el minuto 63 con un
centro de Michael Ballack desde la derecha y el cabezazo de Klose
lo atajó sobre la línea el guardameta Lee. Vista la consistencia en
la retaguardia de la defensa surcoreana, el técnico alemán, Rudi
Voeller, buscó más altura para aprovechar los balones altos, dando
entrada a falta de viente minutos a Oliver Bierhoff (1'91 m) y
sacando del terreno a Klose.
Curiosamente, cinco minutos después, llegaría el único tanto del
encuentro marcado por Ballack en que el balón estuvo en todo
momento a ras de suelo. Alemania, que perdió a su mejor hombre, el
organizador Michael Ballack, dio el primer paso para una hipotética
final inédita con Brasil el domingo en Yokohama (Japón). Para ello,
los auriverdes deberán derrotar el miércoles en Saitama a
Turquía.
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