La pena mínima para las expulsiones es de inhabilitación por un
partido, pero Keith Cooper, director de Comunicación de la FIFA,
había dicho el sábado que la Comisión de Disciplina del organismo
estudiaba la eventual ampliación de la sanción. El anuncio de
Cooper creó zozobra entre los brasileños, pero no alcanzó a
conmover a los que creen improbable que una decisión de la FIFA
vaya a poner en aprietos a determinadas selecciones, y en especial
a la de Brasil.
Ronaldinho, una especie de mosca en la leche en el marco del
devaluado fútbol que se practica en el Mundial asiático, fue
expulsado en la segunda parte del partido contra los ingleses tras
ceder un pase-gol a Rivaldo, que igualó transitoriamente el partido
(1-1), y después de marcar con un tiro libre el tanto de la
victoria (2-1).
La causa fue una falta cometida contra Danny Mills que no
pareció ser intencional, pese a que, por la forma de poner la suela
de su pie a quince centímetros del piso en oposición al empeine de
su rival, podría haberle ocasionado a éste una seria lesión.
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