Ronaldinho se exhibe y Brasil apunta alto

Francisco Avila SHIZUOKA
Brasil ya está en semifinales del Mundial después de derrotar a Inglaterra (1"2) y quiere que se repita la tradición, ya que cada vez que ha derrotado a los ingleses en una fase final mundialista, después ha sido campeón, como ocurrió en Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970. La clave del partido estuvo en la calidad de Ronaldinho Gaucho, que fue quien lo hizo todo. Dio la asistencia del primer tanto a Rivaldo, marcó el segundo, que supuso la victoria para su equipo y después fue expulsado (m. 57) tras una dura entrada a Danny Mills. Cuando los ingleses se adelantaron en el marcador, el jugador del Paris Saint Germain fue determinante para que los tetracampeones mundiales reaccionaran, aunque contó con la inestimable ayuda de Seaman en el segundo tanto.

El control de la situación en los primeros minutos fue siempre del equipo de Scolari, pero fue un dominio ficticio, con escasa circulación de balón y poco movimiento de piezas, lo cual favorecía al conjunto inglés. Sin embargo, Inglaterra tuvo suficiente con una fugaz aparición de Michael Owen. En los primeros 23 minutos, el delantero del Liverpool, que fue duda hasta el final a causa de un problema en los abductores, tocó el balón tres veces en la misma jugada y Marcos recogió el balón de la red de su portería.

Emile Heskey lanzó en profundidad sobre Owen, Lucio no acertó en el despeje y eso, ante el pequeño delantero del Liverpool, es letal. Owen controló, recortó, encaró a Marcos y resolvió como en él es habitual. Total, 1-0 en 23 minutos. Brasil no se sintió nunca cómodo. El férreo control defensivo de los ingleses maniató a sus individualidades. Sólo Ronaldo y Rivaldo se escaparan en alguna ocasión, pero sus remates eran lejanos y no inquietaron a Seaman.

Inglaterra hizo bien su trabajo. Dio impresión de suficiencia absoluta y su porte en el campo desesperó a los brasileños, acostumbrados a lidiar hasta ahora con rivales de menor entidad que los ingleses. Es más, el carácter letal de las acciones del equipo de Eriksson, permitían augurar nuevas alegrías para los «pross», pero no fue así, porque al filo del descanso, una genialidad de Ronaldinho equilibró la situación. El delantero del Paris Saint Germain arrancó desde el centro del campo, engañó con una «bicicleta» a su marcador y habilitó a Rivaldo. El barcelonista, con un tiro cruzado desde la frontal, batió a Seaman, igualó en la tabla de máximos goleadores con Klose y Ronaldo, y abrió el partido con vistas al segundo tiempo (1-1). Poco después sentenció Ronaldinho.