Al ocupar el hotel en el que hospedan en Miyagi, los argentinos
se enteraron de que el campeón Francia había quedado eliminado del
Mundial, lo cual no ha hecho más que corroborar que la Ley de
Murphy en la cita coreano-japonesa es pareja para todos y que los
mejores antecedentes pierden valor en los minutos de diferencia que
hay entre el «soy» y el «fui».
La selección albiceleste sudamericana, una de las que tuvo mejor
rendimiento en las eliminatorias, ha formado parte otra vez del
grupo de las clásicas formaciones favoritas de un Mundial con
Francia e Italia, lo cual ha dejado repentinamente de ser un mérito
para convertirse en una pesada carga, a la luz de las
acontecimientos. Argentina tomó posición en la sede de su tercer
partido del grupo F sin que Bielsa se haya despojado de sus dudas
con respecto a la alineación del equipo, lo cual causó sorpresa y
se interpretó como un dato más del duro golpe que supuso la derrota
ante Inglaterra (0-1) el pasado viernes en Sapporo.
Pero el entrenador se dispuso a atenuar la ansiedad que rodea al
equipo al afirmar que «el equipo siempre tiene la necesidad de
ganar. Nunca la selección argentina jugó un partido sin la
imperiosa necesidad de ganar» «Tengo la ilusión y el convencimiento
de que vamos a ganar el partido con Suecia, el mismo convencimiento
que tengo cada vez que dirijo a un equipo que compite».
Al analizar al conjunto escandinavo, dijo que «es un rival con
predominio ofensivo en su conformación y con un despliegue muy
importante» y opinó que no cree que vaya a jugar defensivamente
frente a Argentina para conservar la ventaja en puntos que tiene en
la clasificación del grupo.
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