Unas 1.800 personas llenaron ayer el Poliesportiu Insular de Blancadona, donde se desplegaron las gradas supletorias y se instalaron otras pequeñas en el lateral opuesto al graderío. La retransmisión del partido por La 2 arrancó transcurridos cinco minutos del mismo.

Un pequeño núcleo de alemanes y austriacos acudieron para ver a la selección austriaca, enarbolando su bandera. Desde Formentera se trasladaron una treintena de personas, la mayoría niños.

En un espacio acotado se instaló el palco de honor con la presencia, entre otros, de los presidentes de las federaciones española y austriaca de balonmano; así como el delegado insular federativo, Vicente Torres.