Efe.DAEGU.
Sudafricanos y eslovenos se jugaban mucho. Necesitaban el triunfo
para no depender de terceros en la última jornada del grupo B y la
tensión se notó sobre el terreno de juego. Sobre todo en el equipo
de Srecko Katanec, aún convaleciente del conflicto interno que
provocó la expulsión del Mundial de su estrella, Zlatko
Zahovic.
Eslovenia, que afrontaba el envite con su casillero de puntos a
cero, se encontró con un gol en contra nada más comenzar el partido
y lo acusó en demasía. Siyabonga Nomvethe fue quien adelantó en el
marcador a la selección de Jomo Sono en el minuto 4.
El gol, además, fue fruto de un despiste defensivo de los
eslovenos, que dejaron rematar sin oposición a Nomvethe dentro del
área una falta desde la izquierda.
El delantero sudafricano, solo en el punto de penalti, intentó
golpear el balón con la cabeza, pero no lo consiguió y, casi sin
querer, batió a Simeunovic con el muslo derecho. Un error garrafal
de una defensa eslovena que se caracteriza, sobre todo, por la
contundencia de sus tres centrales.
Ales Ceh y Milenko Acimovic, los encargados de conducir el juego
esloveno, no fueron capaces de hacer funcionar la maquinaria de su
equipo y Andre Arendse, el guardameta sudafricano, apenas tuvo
trabajo antes del descanso.
Banedict McCarthy, ex jugador del Celta de Vigo y ahora en el
Oporto, pudo sentenciar definitivamente el encuentro a favor de los
sudafricanos en el arranque de la segunda mitad.
Ante una selección eslovena sin poder de reacción, McCarthy
dispuso de tres excelentes ocasiones de gol en los minutos 50, 64 y
65. La primera la desbarató Simeunovic, la segunda no terminó en
gol porque lo impidió el larguero y la tercera, porque de nuevo el
portero esloveno demostró sus reflejos.
Un remate de cabeza de Nastja Ceh que detuvo Arendse (m.69) fue
todo el bagaje ofensivo de Eslovenia en la segunda parte. El equipo
de Katanec tuvo más tiempo el balón en su poder después del
descanso, pero no supo manejarlo con el criterio suficiente para
hacer peligrar la victoria sudafricana.
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